Conoce al restaurante más caro y exclusivo de Cuba: una botella de agua vale US$80, casi un sueldo mínimo en el país caribeño
“El Gabán”, restaurante inaugurado a fines de 2024, ha causado revuelo en La Habana por sus altos precios. Con una botella de agua a US$80, su propuesta gastronómica ha generado críticas y asombro en redes sociales.
- Estados Unidos libera más de 14 millones de moscas semanales en la frontera entre dos países de América Latina
- Bill Gates asegura que la IA reemplazará a los humanos: "Desplazará a millones de trabajadores"

Inaugurado a fines de 2024, “El Gabán” se ha convertido en el centro de atención en La Habana, no solo por su propuesta gastronómica, sino por los precios desorbitantes que ofrece. Con una botella de agua que cuesta US$80, este local ha generado un fuerte revuelo en redes sociales, desatando críticas y asombro entre los cubanos.
Ubicado en el municipio Playa, “El Gabán” presenta un ambiente elegante con tres amplios salones, una cafetería y una barra que ofrece tragos nacionales e importados. Sin embargo, la experiencia gastronómica se ve opacada por los altos costos de sus platos, que superan con creces los precios de otros restaurantes en la ciudad.
Los youtubers cubanos Javi and Zami compartieron su experiencia en el local, destacando la calidad de los platos, pero advirtiendo sobre los precios excesivos. “Una botella de agua 2000 pesos cubanos (US$80), una caipiroska 2200 pesos (US$91), una ración de croquetas en 4000 pesos (US$160)”, detallaron en su publicación, que rápidamente se viralizó.
Precios que asombran: una botella de agua vale igual que un sueldo mínimo
La carta de “El Gabán” incluye una variedad de entradas, platos principales y postres de alta gastronomía. Sin embargo, los precios más accesibles son los de los refrescos y maltas, que cuestan 990 pesos cubanos (US$41), mientras que la cerveza se ofrece a 1650 pesos (US$68). “Es, por mucho, la cerveza más cara que vimos alguna vez en este canal”, comentaron los influencers.
Tomar una taza de café sale 1200 pesos (US$50) y una copa de vino 2000 pesos (US$83). Los platos más económicos son las pizzas, que promedian los 6500 pesos cubanos (US$270), y el risotto, que cuesta US$250. Las tablas de quesos y embutidos también se encuentran dentro de ese mismo rango, mientras que el tartar de langosta y el carpaccio de res se venden a US$275.

Con una botella de agua que alcanza los US$80, este local ha generado un fuerte revuelo en redes sociales, desatando críticas y asombro entre los cubanos. Foto: El Gabán

PUEDES VER: ¡Insólito! Tres inmigrantes vencen en juicio al Gobierno de Trump, pero son deportados al día siguiente
La experiencia del agua importada que ofrece El Gabán
Uno de los aspectos más impactantes para los visitantes fue el precio del agua, que se presenta con un ritual similar al de un vino costoso. El camarero explicó que se trataba de un producto importado de un “manantial italiano”, con un precio de 2000 pesos cubanos (US$80). A pesar del ambiente exclusivo y el servicio de alta gama, la experiencia no convenció a los youtubers, quienes sentenciaron: “Para nosotros, no vale la pena”.
Las críticas no se hicieron esperar en redes sociales, donde muchos cuestionaron los costos de los platos, incluso de opciones más sencillas como las pizzas y las croquetas. En un país donde el salario mínimo es de solo 2100 pesos cubanos (US$87), los precios en “El Gabán” resultan excluyentes para la mayoría de los cubanos.
Un lujo inaccesible para muchos en Cuba
La apertura de “El Gabán” ha puesto de manifiesto la creciente desigualdad en Cuba, donde un restaurante de lujo se convierte en un espacio reservado para una élite económica. La disparidad entre los precios de este local y el salario mínimo de los cubanos genera un debate sobre la accesibilidad de la gastronomía de alta calidad en la isla.
Con una propuesta que busca atraer a un público exclusivo, “El Gabán” se enfrenta a la crítica de quienes consideran que sus precios son desproporcionados. La experiencia gastronómica, aunque de alta calidad, se ve empañada por la percepción de que el lujo no debería estar al alcance de tan pocos.