Exmilitares son capturados por planear el asesinato de Lula da Silva y un golpe de Estado, según la Policía de Brasil
La 'Operación Contragolpe' enfrenta a los involucrados a cargos de organización criminal, reflejando un clima de inestabilidad política en Brasil y la necesidad de fortalecer las instituciones democráticas.
La Policía Federal de Brasil desarticuló una organización criminal compuesta por militares entrenados que planeaban asesinar al presidente Luiz Inácio Lula da Silva. Este complot buscaba evitar la toma de posesión de Lula, tras las elecciones de 2022.
Cuatro militares fueron detenidos en el marco de la cumbre del G20 en Río de Janeiro, donde se encontraban realizando labores de seguridad. La investigación revela que el grupo tenía intenciones de llevar a cabo un golpe de Estado, incluyendo el asesinato de Lula, su compañero de fórmula, Geraldo Alckmin, y el magistrado Alexandre de Moraes.
El juez De Moraes, encargado de la investigación, destacó que el complot tenía como objetivo socavar la democracia y la autoridad judicial en Brasil. Las acciones del grupo se intensificaron entre noviembre y diciembre de 2022, tras la victoria de Lula.
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¿Cuáles son los detalles del complot golpista?
La Policía Federal reveló que el plan incluía el envenenamiento de Lula y Alckmin, así como el ahorcamiento del juez De Moraes. Un documento elaborado por la fuerza de seguridad menciona que se consideraron diversas formas de ejecución como el uso de explosivos.
El magistrado De Moraes autorizó los arrestos y subrayó que el complot era parte de un plan más amplio para llevar a cabo un golpe de Estado. La investigación reveló que los involucrados eran militares con formación en Fuerzas Especiales.
La captura de los exmilitares se dio durante la 'Operación Contragolpe', lanzada por la Policía Federal, incluye órdenes de prisión preventiva y medidas cautelares. Los sospechosos enfrentan cargos por abolición violenta del Estado de derecho, golpe de Estado y organización criminal. Este operativo se produce en un contexto de creciente tensión política en Brasil.
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La operación se lleva a cabo poco después de un ataque fallido contra el Supremo Tribunal Federal, lo que llevó a las autoridades a investigar posibles conexiones entre ambos eventos. La situación actual refleja un clima de inestabilidad y polarización en el país, donde el máximo tribunal es objeto de críticas por parte de sectores bolsonaristas.
Reacciones y contexto político
El complot generó una ola de reacciones en Brasil, donde la figura de Lula da Silva sigue siendo polarizadora. La detención de los militares y la revelación de sus planes pusieron de relieve la fragilidad de la democracia brasileña y la necesidad de fortalecer las instituciones del Estado.
Brasil se vio marcado por la confrontación entre el gobierno de Lula y los sectores que apoyan al expresidente Jair Bolsonaro. La situación actual plantea interrogantes sobre la estabilidad del gobierno y la capacidad de las instituciones para hacer frente a amenazas internas.