Irán ejecuta al ciudadano alemán Jamshid Sharmahd
Las autoridades iraníes han ejecutado a Jamshid Sharmahd, un ciudadano germano-iraní encarcelado desde 2020, tras confirmar su condena a muerte por "corrupción en la tierra".
Las autoridades iraníes ejecutaron el lunes al ciudadano germano-iraní Jamshid Sharmahd, que estaba encarcelado desde 2020, anunció el sitio web Mizan del poder judicial.
"Después de pasar por el proceso judicial y la aprobación final de la decisión del tribunal por parte de la Corte Suprema, la sentencia de muerte de Jamshid Sharmahd [...] se efectuó esta mañana", dijo el sitio web, tras la condena de Sharmahd por "corrupción en la tierra".
El jefe del gobierno alemán, Olaf Scholz, denunció la ejecución como un "escándalo" y aseguró en la red social X que "Sharmahd no tuvo la posibilidad de defenderse contra las acusaciones contra él durante el proceso".
Su Ministerio de Relaciones Exteriores afirmó que su muerte "muestra una vez más qué tipo de régimen inhumano reina en Teherán: un régimen que usa la muerte contra su juventud, contra su población y contra los ciudadanos extranjeros".
Jamshid Sharmahd, un ciudadano alemán de origen iraní de 69 años, fue capturado por las autoridades iraníes en agosto de 2020 mientras viajaba por Emiratos Árabes Unidos, según su familia.
Irán, que no reconoce la doble nacionalidad, anunció su detención tras una "compleja operación", sin especificar cómo, dónde o cuándo fue capturado.
Sharmahd fue condenado a muerte en febrero de 2023 por el delito capital de "corrupción en la tierra", una sentencia que fue después confirmada por la Corte Suprema de la República Islámica.
Fue condenado por participar, según la justicia iraní, en un atentado contra una mezquita en Shiraz, en el sur de Irán, que causó 14 muertos y 300 heridos en abril de 2008.
Igualmente fue acusado de liderar el grupo Tondar, que supuestamente pretende derrocar al gobierno de Irán, que lo califica de organización "terrorista".
Según el sitio web Mizan, Sharmahd era "un criminal terrorista" que "estaba acogido por países americanos y europeos y operaba bajo la compleja protección de sus servicios de inteligencia".
Su hija Gazelle explicó en su cuenta de X que seguía esperando que los gobiernos alemán y estadounidense le aportaran "pruebas concretas" de que su padre había muerto.
Si fuera así, sus restos deberían volver a Alemania "inmediatamente" y el gobierno iraní debería enfrentar un "duro castigo", reclamó.
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