La historia de Jono: fue abandonado al nacer por una enfermedad hereditaria, y ahora triunfa como modelo
Jono Lancaster padece el síndrome que deformó su rostro desde que nació. Pese a todos los obstáculos, es un ejemplo de superación gracias a sus logros que inspiran.
A las horas de haber nacido, los padres de Jonathan ‘Jono’ Lancaster lo abandonaron por su apariencia: padece del síndrome de Treacher Collins (STC), que afecta la forma en que se desarrollan los huesos del rostro antes de que nazca un bebé. “Mis padres biológicos estaban horrorizados por mi apariencia… se fueron 36 horas después de mi nacimiento”, contó Jono a la BBC.
Desde que Jono nació en West Yorkshire, al norte de Inglaterra, su vida ha sido difícil, pero también fue un ejemplo de superación y una historia que merece ser contada.
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La historia de Jono Lancaster
Semanas después de nacer, una mujer lo conoció en el hospital y lo acogió, hasta que a los 5 años consiguió adoptarlo. Jono recuerda que ella también acogió a otros menores con diferentes discapacidades.
Cuando comenzó el colegio, tuvo que soportar burlas y el constante acoso de otros estudiantes. “Los niños mayores presionaban sus ojos hacia abajo, hacían cánticos sobre mí” contó a la BBC. “Quería lastimarlos tanto como yo estaba lastimado. Estaba en un lugar muy muy oscuro y enojado cuando pensaba en mis padres biológicos”, dijo.
Jono asegura que tiene buenos recuerdos de su época escolar, pero que “detrás de esos momentos estaba haciendo todo lo posible por encajar". Conforme fue creciendo notó que los demás empezaban a tener relaciones de pareja y que eso lo frustraba y llegó a detestar su apariencia.
Pese a todas las barreras que se presentaron Jono se propuso ser un modelo y portavoz de las personas con STC y otras discapacidades.
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Superando los obstáculos, con trabajo duro, ha logrado una carrera de modelo y ha aparecido en campañas publicitarias y revistas como Men's Health y GQ.
Intentó contactar a sus padres, pero lo rechazaron
En algún momento de su vida, Jono tuvo la intención de contactar a sus padres biológicos para decirles que se encontraba bien y que, pese a todo, era feliz, por lo que decidió escribirles una carta. No obstante, poco tiempo después recibió una respuesta desoladora: “No deseamos ningún contacto. Se ignorarán futuros intentos", rezaba. "Ser rechazado por esas dos personas, nuevamente, dolió”, cuenta.
Algunos años después le pidieron que diera una charla en un colegio y fue ahí donde descubrió, al ver la reacción de los menores, que podía entregar sus enseñanzas de vida como ejemplo para que otros superen sus problemas.
“Estaba parado en el patio de recreo y un par de niños vinieron corriendo y me dijeron: 'Jono, Jono, Jono, ¿puedes mostrarnos tu audífono?', 'Jono, Jono, vivo con mis abuelos', 'Jono, no conozco a mi mamá y mi papá', 'Jono, me acosan por A, B o C'”, narra.
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En ese momento, descubrió que su vocación era ayudar a los demás y supo que podía hacer algo más. Hasta el momento, ha protagonizado dos documentales y ha escrito un libro para ayudar a otras personas.
