Escobar sobre Plebiscito de Salida: “Es una votación clave que va a marcar el rumbo de Chile y Latinoamérica”
El docente universitario y columnista de La República Ramiro Escobar describe varios escenarios para Chile una vez finalice el Plebiscito de Salida 2022, proceso histórico para el país vecino y que, además, es de votación obligatoria para sus ciudadanos.
Este domingo 4 de septiembre, más de 15 millones de electores votan en Chile para aprobar o rechazar una nueva constitución, que busca cambiar un modelo ultraliberal heredado de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990) por otro que instaura mayores derechos sociales.
Las mesas de votación abrieron a las 8.00 a. m. y, en el trascurso del día, se han visto largas filas de electores. Está previsto que los centros cierren a las 6.00 p. m. de este domingo.
El texto, que fue presentado en julio de 2022, ha sido elaborado durante un año por la Convención Constitucional y surgió en respuesta a los reclamos expresados en las manifestaciones sociales masivas de octubre de 2019.
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Ramiro Escobar, docente en la Universidad Antonio Ruiz de Montoya y columnista de La República, analiza los posibles escenarios que se pueden presentar en Chile luego de que se den a conocer los resultados del Plebiscito de Salida, proceso histórico para ese país y para todo el continente.
—¿Qué vota Chile este domingo y qué importancia tiene este proceso para toda América Latina?
—Este domingo, Chile vota una nueva constitución que tiene 388 artículos, 11 capítulos y que cambia sustancialmente a la Constitución anterior, que fue aprobada en la época de Pinochet. Este nuevo texto marca unas diferencias sustanciales respecto a lo que habíamos conocido de Chile.
Para América Latina, Chile era un referente de modelo social y económico en los 90, con un modelo neoliberal. Era un Estado que simplemente regulaba, que promovía la competencia, pero que no otorgaba derechos, y esa era la Constitución de Pinochet. Esa era la realidad política de América Latina y también la realidad de varias constituciones que fueron relativamente cambiadas, como fue en los casos de Bolivia, Ecuador y Venezuela.
La cuestión es que Chile era un modelo, y con esa Constitución se está cayendo. Me parece que ese proceso de cambio de Constitución era inevitable en Chile porque había como un tapón y, en algún momento, eso iba a explotar —así ocurrió durante varias semanas y dejó 24 muertos—. Era un cambio que iba a venir. El asunto es que ahora, cuando se vota, la constitución es como, de alguna manera, sellar un paso más de este camino que tiene más capítulos. Y eso es lo más complicado, porque lo resultante de la Convención Constituyente parece haber desencantado un poco a una parte de los que incluso votaron por una Asamblea Constituyente y ha recibido el rechazo fuerte de quienes estaban en contra, que son los grupos de derecha y ultraderecha.
Creo que este sufragio, del 4 de septiembre de 2022, es una votación clave que va a marcar el rumbo de Chile y también el rumbo de América Latina en el sentido de para dónde gira la situación política y social del continente.
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—Vimos actos de cierre de campaña muy multitudinarios para la opción del “apruebo”, pero no lo fue así para la opción del rechazo. ¿Crees que esto sea garantía de triunfo para el apruebo?
—Todas las encuestas que se han hecho antes de la votación de este domingo dan mayoría al rechazo. Es decir, más del 50% de los ciudadanos estaría en contra de la nueva constitución, lo que haría que Chile entre en una situación muy complicada porque habría que llamar a una nueva Convención y sería un proceso más largo. Sin embargo, hay dos empresas que trabajan con data de Google e internet en general y, curiosamente, señala que más bien podría verse un resultado contrario, que es el triunfo del apruebo por más del 50% frente al rechazo.
Acá hay un posible factor que podría influir en ese posible resultado y es que, en este caso, la votación es obligatoria. No será como en procesos electorales anteriores. El otro proceso que hemos visto es que la campaña por el rechazo ha sido millonaria frente a la del apruebo, que ha sacado más gente a las calles como fue en el último día de campaña.
Es posible que se produzca una sorpresa. No sabemos, hasta que se obtengan los resultados finales, pero creo que hay ingredientes que alimentan la posibilidad de que las encuestas habituales se equivoquen en esta ocasión porque está contando con un elemento que Chile no había contado previamente: la votación obligatoria. También por algunos incidentes que han acaecido recientemente, como la agresión que sufrió el hermano del presidente Gabriel Boric en la calle. Hubo signos de violencia y, probablemente, eso haga que la gente diga: “Mejor seguimos esta ruta que es riesgosa, pero está allí”.
Se podría ver un resultado sorpresivo o de pronto el resultado es apretado. No me atrevería a hacer un pronóstico, pero creo que no será, en ninguno de los casos, un resultado por goleada.
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—De ser rechazada la nueva constitución, ¿qué panorama político podría verse en el país vecino?
—Si la constitución es rechazada, viene una etapa de incertidumbre; y lo que ha dicho el presidente Boric es que se llamaría a una nueva Convención, pero creo que se provocaría un desencanto en toda la sociedad chilena. Sería como empezar el proceso nuevamente, es un proceso largo y agotador. Incluso, podría crisparse más la situación política, pero esa posibilidad existe porque el rechazo podría ganar.
Otra posibilidad es que haya algún tipo de negociación entre el Parlamento y el Ejecutivo para modificar el texto, de modo que se pueda rebobinar sin pasar a una nueva constitución. Más o menos como pasó en Colombia con el plebiscito para el acuerdo con las FARC, pero, en este caso, no estás aprobando un acuerdo de paz, sino un texto constitucional que es algo más complejo.
Creo que Chile entraría en una zona de incertidumbre y, probablemente, la tensión aumentaría. Si lo vemos por el lado esperanzador, podría ocurrir que se imponga un diálogo político, con Constitución o sin Constitución, que es indispensable.