Cyberflashing: ¿en qué países está penalizado el envío de fotos sexuales no solicitado?
El aumento de este acoso sexual en línea ha coincidido con el uso masivo de tecnologías digitales durante la pandemia de COVID-19. Las víctimas, en su mayoría, son mujeres y menores de edad.
El cyberflashing consiste en el envío de imágenes sexuales no solicitado a otra persona a través de las redes sociales o apps de mensajería. Actualmente, esta forma de acoso se está convirtiendo en un grave problema en varias regiones del mundo, donde técnicamente no es ilegal al no estar tipificado como delito.
Se trata de personas que exponen intencionalmente sus genitales con la intención de que alguien los vea y se sienta alarmada o angustiada. Las remitentes son conscientes de que pueden generar una experiencia amenazante y acosadora, que en algunos casos termina por hostigar al destinatario.
El aumento de este acoso sexual en línea ha coincidido con el uso masivo de tecnologías digitales durante la pandemia de COVID-19. Cada vez más personas, especialmente mujeres y menores de edad, reciben imágenes gráficas (foto y video) no solicitadas ni deseadas de hombres a través de Facebook, Instagram, Twitter, WhatsApp y Telegram.
Algunos países han dado un paso adelante, como Singapur, Reino Unido, México y Argentina, donde el cyberflashing ha sido clasificado como delito de “exposición sexual” y se ha incluido en el Código Penal como delito sexual.
“Criminalizar el flasheo cibernético como un delito sexual está en la misma línea que una variedad de situaciones aparecidas y multiplicadas en pandemia, como sextorsión, pornovenganza, abuso, acoso y cyberbulling. Entre otras cosas, la fuerza de la ley podría ayudar y obligar a los cuerpos de policía y a las justicias de los países a identificar y detener a los perpetradores”, le explicó a TN Tecno Gabriel Zurdo, CEO de BRT Consulting y especialista en seguridad informática.
Este acto también es punible por ley en Inglaterra y Gales. Foto: difusión
Según un estudio de la firma inglesa YouGov, el 53% de las mujeres de entre 18 y 34 años admitieron haber recibido la imagen de un pene. En el caso de las mujeres de entre 35 y 54 años de edad, la cifra descendió a un 34%.
Singapur
El país asiático tipificó el año pasado como delito el envío de imágenes íntimas no solicitadas, o “cyber flashing”, como parte de una importante campaña contra el acoso sexual en línea.
El Gobierno de Singapur aprobó reformas a su ley penal, que también incluye otros nuevos delitos por fotografía debajo de la falda y compartir o amenazar con difundir imágenes sexuales, la llamada “pornografía de venganza”.
Cualquiera que sea declarado culpable de “cyber flashing” podría recibir una sentencia de prisión de hasta dos años, mientras que tomar fotos o videos debajo de la falda se castiga con hasta dos años de prisión, cinco años si las imágenes se comparten en línea.
Los tribunales también pueden imponer multas y azotes por delitos, castigos comunes en Singapur.
“Ha habido una prevalencia de esto. Las personas envían intencionalmente fotografías no solicitadas de sus genitales a través de las redes sociales o a través de plataformas de mensajería. Eso será criminalizado. Las sanciones por ese delito se incrementarán cuando la víctima tenga menos de 14 años”, dijo K. Shanmugam, ministro del Interior y ministro de Derecho en el Parlamento.
El cyberflashing es una técnica que utilizan algunos pervertidos para enviar fotos obscenas o de escenas sexuales a un número determinado de personas sin su consentimiento. Foto: Difusión
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Reino Unido
El país europeo aprobó este año una propuesta de ley que condena el cyberflashing, que consiste en enviar imágenes o videos sexuales sin consentimiento del receptor o la receptora. La nueva normativa incluirá el envío de este contenido en redes sociales, aplicaciones de citas o a través de Bluetooth o Airdrop.
Con la nueva ley, el país pretende penar con hasta un máximo de dos años de sentencia a los individuos que practiquen el cyberflashing. “Quien envíe una foto o video de los genitales de una persona, con el propósito de su propia gratificación sexual o para causar a la víctima humillación, alarma o angustia, puede enfrentarse a hasta dos años de prisión”, detalla la normativa.
Algunos usuarios coinciden en apuntar que los que cometan este delito se escudarán en que enviaron la imagen o el video como “una broma entre amigos”. Por ello, exigen al Gobierno que la normativa sea “más integral y directa, que sea más fácil de enjuiciar”.
Cifras preocupantes
Un estudio del periódico británico TES Magazine calculaba en 2020 que el 75,8% de las niñas de entre 12 y 18 años habían recibido imágenes de desnudos de niños u hombres no solicitadas. A estos datos se suma un artículo de The Guardian, que aseguraba que una quinta parte de las mujeres y niñas de Reino Unido sufrieron este tipo de exposición sexual en línea, reporta 20 Bits.
México
El cyberflashing es un delito contemplado en la ley Olimpia, que combate y sanciona la creación y distribución sexual sin consentimiento de las personas. Los denunciados por cometer este delito podrán pasar de uno a seis años de prisión, con multas que se acercan a los 100.000 pesos.
Le “ley Olimpia” no se refiere a una ley como tal, sino a un conjunto de reformas legislativas encaminadas a reconocer la violencia digital y sancionar los delitos que violen la intimidad sexual de las personas a través de medios digitales, también conocidos como ciberviolencia.
Nueva York
La ciudad de Nueva York es de las primeras que encabeza la lista para penalizar este tipo de acoso. En este estado ya se presentó la iniciativa de ley para que se pague condena de aproximadamente un año, y se le sumaría una multa de hasta 1.000 dólares a aquella “persona que envíe un video o imagen sexualmente explícita no solicitada a otra persona con la intención de acosar o molestar”.
Otros países que castigan el cyberflashing
En Argentina, el delito de exhibiciones obscenas se encuentra penado en el artículo 129 del Código Penal y tiene una pena de multa de 1.000 a 15.000 pesos. Si los afectados o las afectadas son menores de edad, la pena es de prisión de seis meses a cuatro años.
Por otro lado, ha sido ilegal en Escocia desde 2010; sin embargo, no existe una legislación específica contra él en Inglaterra y Gales.