Cronograma de pagos del BN para mayo
Mundo

De la ilusión a la acción: el Chile que recibe Gabriel Boric

Reto. El presidente chileno dirigirá un país que está en medio de grandes transformaciones y lo hace con una alta expectativa. “Tienen que dar la señal, en todos los ámbitos, de que son capaces de gobernar”, subrayó una especialista desde Chile.

Arranque. Gabriel Boric en una foto oficial con su gabinete en el primer día de labores en el palacio presidencial de la Moneda, en Santiago. Foto: AFP
Arranque. Gabriel Boric en una foto oficial con su gabinete en el primer día de labores en el palacio presidencial de la Moneda, en Santiago. Foto: AFP

Pocos mandatarios han despertado tanto interés como Gabriel Boric en Chile. Sea por su condición de millennial o por sus ideas políticas, llega al poder en medio de enormes expectativas, inclusive a nivel iberoamericano.

“La esperanza es absoluta, no solo en América Latina, me atrevo a decir que en mi país y en el conjunto de la Unión Europea”, afirmó la vicepresidenta del Gobierno de España y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, entrevistada el viernes por CNN Chile.

En un mensaje publicado el sábado en su cuenta oficial de Twitter, el presidente agradeció la confianza y reiteró sus intenciones: “Daré lo mejor de mí para estar a la altura”.

“Ese también es el país que recibe: con una esperanza transformadora, pero en el cual los problemas de fondo no están resueltos del todo”, enfatizó Susana Riquelme, de la Red de Politólogas.

En ese mismo sentido se expresó Cecilia Osorio Gonnet, del Instituto de Asuntos Públicos de la Universidad de Chile, en conversación con este diario.

“Recibe un país que está en un proceso político y social muy desafiante”, señaló la doctora en Ciencias Políticas y Sociales.

De la misma forma, resumió algunos de esos retos que deberá afrontar Boric. “Hay temas relevantes en la agenda pública, en búsqueda de reformas, vinculado a reformas previsionales, al trabajo, a temas de género, al tema de la Convención”.

Una golpeada economía

Boric, a sus 36 años, asume el poder en medio de una delicada situación económica, con un recorte al gasto público de 22,5% y una desaceleración prevista para este año.

En opinión de Riquelme, una de sus principales tares debe ser atajar “la situación económica, la crisis que dejó la pandemia, principalmente el tema del empleo y ver qué ocurre con el empleo femenino”.

El nuevo gobierno feminista de Chile, como el propio Boric y su equipo lo ha catalogado, además se encuentra con el empeoramiento de la crisis migratoria.

“El tema de la migración en el norte del país se ha complejizado y deberán atenderlo a la brevedad”, resaltó Osorio Gonnet. “Falta allí un reglamento esencial para aplicar la nueva ley”.

Por otra parte, ambas expertas consideran posible que ciertas demandas sociales se reactiven en los próximos días. Uno de ellos puede ser el conflicto histórico de tierras no resuelto entre el Estado y el pueblo mapuche.

Y para eso se reunió Boric el sábado, en su primera jornada como jefe del Estado, con representantes de los pueblos originarios en el palacio de la Moneda. “Son gestos muy relevantes y lo hace nuestro gobierno con mucha humildad”, comentó la ministra del Interior, Izkia Siches.

Es la nueva política que Gabriel Boric enarbola y que genera ilusión en la sociedad chilena, en la cual también se registran dudas por la inexperiencia del joven izquierdista. “Tienen que dar la señal, en todos los ámbitos, de que son capaces de gobernar”, destacó Osorio Gonnet.

La violencia registrada en la Araucanía

El conflicto mapuche, que no ha cesado con el pasar de las décadas y los sucesivos gobiernos, ha provocado actos violentos en la Araucanía.

De hecho, en la región de la Araucanía rige actualmente un estado de excepción con el cual el exmandatario Sebastián Piñera militarizó la zona.

“Hay varios actores políticos que presionan para mantener el estado de excepción, pero los mapuches plantean terminar este estado y resolverlo a través del diálogo”, contó Riquelme. Y ya Boric adelantó que no lo renovará para propiciar las conversaciones entre las partes.

.

.