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El oscuro y siniestro lado de San Valentín: una historia que acabó en decapitación

En el Día de San Valentín celebramos el amor y la amistad. Pero la realidad es que el verdadero origen de esta fecha especial dista mucho de eso pues, en realidad, tiene un lado sangriento.

La historia con mayor difusión o más aceptada sobre el origen de San Valentín –el día de los enamorados que se celebra cada 14 de febrero– no tiene un comienzo feliz. Es una reseña que envuelve el martirio y la muerte que tuvo escenario en Roma, capital de Italia, en el siglo III, cuando el cristianismo estaba en crecimiento.

En aquel entonces, Claudio II Gótico (214-270 d.C.) era el gobernador. Una de las disposiciones que implantó este emperador fue prohibir el matrimonio a sus soldados.

El imperio romano, durante el mandato de Claudio, afrontó varias amenazas y, por eso, quería a su ejército al 100% de concentración. Ese fue el motivo por el que se le ocurrió prohibir el matrimonio a sus soldados, bajo el pretexto de que, si estaban casados, actuaban de manera conservadora en el campo de batalla.

El emperador suponía, en aquellos momentos de hostigamiento de las tribus germánicas, que los solteros estaban más dispuestos a arriesgar su vida porque no estaban ligados emocionalmente a familias.

En este contexto fue que surgió la figura de Valentín, obispo en Terni al centro del actual territorio italiano.

El sacerdote decidió comenzar a casar a escondidas a los soldados bajo el ritual cristiano. Posiblemente, pensó que no tendría problemas, teniendo en cuenta que durante esa época había cierta aceptación y permisividad al cristianismo.

Valentín, a pesar del secretismo, adquirió celebridad en la ciudad, hasta el punto de ser convocado por el mismísimo Claudio II.

El religioso aprovechó aquella visita para difundir más la fe cristiana e intentar convencer al gobernador romano de que siguiera los pasos de Jesús.

En un inicio tuvo éxito; sin embargo, altos mandos del ejército, alertados por el riesgo de que aquellas ideas calaran en soberano, organizaron una campaña de acoso contra Valentín, con el objetivo de presionar al gobernador.

Claudio terminó cediendo y cambió de opinión. Ordenó que el sacerdote fuera detenido y luego fue condenado a muerte, lapidado y decapitado el 14 de febrero del 269.

Un día antes de su ejecución, el religioso envió una nota de despedida a una chica de la cual se había enamorado con anterioridad. La carta firmaba con las palabras “de tu Valentín”.

Se cree que ese sería el origen de la expresión anglosajona «From Your Valentine» (de tu Valentín) que aparece al final de muchas cartas de amor. En la actualidad, el cuerpo de San Valentín se conserva en la Basílica de su mismo nombre en Terni.

La fecha para la celebración del día de los enamorados el 14 de febrero, sin embargo, no se estableció hasta más de dos siglos después, a mediados del siglo V, cuando el Papa Gelasio decidió honrar su muerte.

El Pontífice, además, lo hizo para contrarrestar una fiesta pagana que se celebraba desde hace siglos, derivada de los ritos en honor del dios de la fertilidad: Lupercus, que se celebraba el día 15 de febrero y consistía en un sorteo mediante el cual se escogía a una compañera sexual durante un año.

La Santa Sede quiso concluir con esta celebración pagana y canonizó a San Valentín como patrón de los enamorados. De esa manera, se daría inicio a este día especial.