El papa elogió el belén peruano de la plaza de San Pedro
El papa Francisco afirmó que el pesebre significa que “Dios se revela no como alguien que se alza en lo alto para dominar, sino como aquel que se rebaja, pequeño y pobre, para servir”.
El papa Francisco elogió hoy, viernes 10 de diciembre, el belén peruano instalado en la plaza de San Pedro y que procede de la comunidad de Chopcca, de la región de Huancavelica y “que representa a los pueblos de los Andes”, al recibir a las delegaciones que han donado el nacimiento y el árbol para esta Navidad.
Francisco saludó a la delegación peruana de Huancavelica, departamento en el que se encuentra de Chopcca, así como el obispo Carlos Salcedo Ojeda y al ministro de Asuntos Exteriores de Perú, Óscar Maúrtua, presente en el acto.
Destacó el pontífice que “los personajes del belén, realizados con materiales y ropas propias de esos territorios, representan a los pueblos de los Andes y simbolizan la llamada universal a la salvación”.
“Jesús, de hecho, vino a la tierra en la concreción de un pueblo para salvar a todo hombre y mujer, de todas las culturas y nacionalidades. Se hizo pequeño para que pudiéramos acogerlo y recibir el don de la ternura de Dios”, agregó.
Tanto el belén como el árbol serán iluminados esta noche en una ceremonia, que por cuestiones de mal tiempo se celebrará en el aula Pablo VI y no en la plaza de San Pedro.
El nacimiento está formado con estas 35 piezas elaboradas con resina, fibra de vidrio y otros materiales impermeables, se quiere representar no solo los elementos materiales “sino la cultura viva, las tradiciones y las experiencias” de esta comunidad, explicaron .
Por esta razón se ha hecho una “extracción de los elementos cotidianos en los Andes peruanos” no solo en las figuras humanas sino también en los animales que decoran el nacimiento, entre ellos las llamas que sustituyen los camellos, las alpacas, los cóndores o las chinchillas.
En su discurso, el papa pidió: “No dejemos que se contamine con el consumismo y la indiferencia”, y recordó que “sus símbolos, especialmente el belén y el árbol decorado, nos devuelven a la certeza que llena nuestros corazones de paz, a la alegría del nuevo año”.
“El árbol y el belén nos introducen en el ambiente navideño que forma parte del patrimonio de nuestras comunidades: un ambiente de ternura, de compartir y de intimidad familiar. No vivamos una Navidad falsa y comercial. Dejémonos envolver por la cercanía de Dios”, dijo.
El papa explicó que el pesebre significa que “Dios se revela no como alguien que se alza en lo alto para dominar, sino como aquel que se rebaja, pequeño y pobre, para servir” .
Por lo que “para que sea verdaderamente Navidad, no olvidemos que Dios viene a estar con nosotros y nos pide que cuidemos de nuestros hermanos, especialmente de los más pobres, débiles y frágiles, a los que la pandemia corre el riesgo de marginar aún más”, invitó Francisco.
Mientras, destacó que “las luces del abeto recuerdan la de Jesús, la luz del amor que sigue brillando en las noches del mundo”.