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Migrantes con miedo y esperanza por restablecimiento del programa “Quédate en México”

Activistas y migrantes han rechazado el programa que obliga a los extranjeros a esperar en México mientras una corte evalúa su solicitud de asilo a Estados Unidos.

Migrantes centroamericanos piden asilo, pero fueron devueltos por el Puente Internacional Paso del Norte al reactivarse el programa Quédate en México este 6 de diciembre. Foto: EFE
Migrantes centroamericanos piden asilo, pero fueron devueltos por el Puente Internacional Paso del Norte al reactivarse el programa Quédate en México este 6 de diciembre. Foto: EFE

Los migrantes viven con miedo y tristeza el restablecimiento por parte de Estados Unidos del programa “Quédate en México”, que les obliga a esperar en ciudades de la peligrosa frontera norte mexicana mientras las cortes estadounidenses resuelven sus solicitudes de asilo.

El restablecimiento del programa estadounidense oficialmente nombrado Protocolos de Protección a Migrantes (MPP en inglés) este lunes 6 de diciembre, que obliga a los extranjeros a esperar en este país mientras una corte evalúa su solicitud de asilo, ha sido recibido con enorme decepción y preocupación entre la comunidad migrante y activistas, en quienes reina el desconcierto.

La reactivación del programa no es algo claro para los activistas como José María Lara, director del albergue Movimiento Juventud 2000 de Tijuana, quien afirmó que hasta este momento no se les ha explicado qué pasará con quienes sigan intentando llegar a EE. UU..

“Creo que es un retroceso, pareciera que nos quisieran ayudar y se ve que en la realidad, en la práctica, no. Este programa incluso es para que la comunidad migrante, con las entradas y salidas, en un momento dejen de insistir”, dijo a Efe.

Migrantes centroamericanos

Migrantes centroamericanos

El activista recordó que en 2019, cuando recién se habilitó este programa, los centroamericanos intentaron, en repetidas ocasiones, obtener el asilo político hasta que llegó el cansancio y desertaron de su objetivo.

“La gente entraba y regresaba y hubo comunidades centroamericanas que, llegado el momento, no querían saber más de este programa, y buscaban la forma de quedarse aquí o en las zonas fronterizas”, comentó.

En tanto, las familias migrantes tienen duda e incertidumbre sobre lo que conlleva este programa, como es el caso de una mujer originaria de Honduras, quien lleva más de ocho meses en la ciudad de Tijuana durmiendo bajo el velo del albergue Juventud 2000.

Para ella, no hay información clara sobre este programa, y llegar a Estados Unidos es su prioridad así tenga que esperar el tiempo que sea necesario. De lo contrario, también planea quedarse a vivir en México pero regresar a Honduras no es una opción para ella.

Para Almadelia Nava, originaria de Acapulco, México, las cosas no son diferentes. La mujer llegó el domingo acompañada de su esposo, sus dos hijas y su hijo adolescente al que integrantes de un grupo criminal le amputaron sus dos dedos pulgares de las manos.

“Lo golpearon, lo maltrataron, le cortaron los dedos y me lo botaron pensando que estaba muerto; no queremos regresar por miedo a que me lo vayan a agarrar”, contó Almadelia, cuya familia llegó a Tijuana con los únicos recursos que tenían ahorrados.

De acuerdo a un oficio emitido por José Luis Pérez, miembro de la Academia Mexicana de Derechos Humanos, A.C., México deberá recibir a más de 26.000 migrantes que serán retornados para que esperen la resolución a su proceso de asilo político, de ellos unos 10.000 en Tijuana.

Con información de EFE.

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