Hombre de 76 años se suicida y envenena a sus 13 perros para no dejarlos desamparados
El ciudadano mexicano fue diagnosticado con un cáncer terminal. En una carta de despedida, el anciano pidió a un amigo que le diera sepultura a sus perros en el terreno donde vivía.
Mauricio Escobedo Burgos, de 76 años, quien fue diagnosticado con un cáncer ya en etapa terminal, se quitó la vida el último lunes en el municipio de Oxkutzcaby, en el estado de Yucatán (México). Asimismo, el adulto mayor envenenó a sus 13 perros, a los que no quería dejar en desamparo.
Después de las 6.00 p. m. (hora local) de ese día, un familiar del fallecido reportó el trágico suceso. La Policía Municipal recibió el llamado y arribó al lugar de los hechos, según recogió el Diario de Yucatán.
Escobedo era soltero y vivía con su hermano menor. Era muy conocido en las cantinas de Oxkutzcab, donde acostumbraba jugar cubilete. Ya con la enfermedad avanzada, sus amigos lo visitaban y apoyaban cada cierto tiempo.
“Vivo por ellos”, les decía a todos, en especial a su hermano menor, quien seguía de cerca esos días tristes en el que el final se hacía cada vez más presente. En alguna oportunidad llegó a comentar que “se los llevaría con él”, pero nadie creyó que eso pudiera pasar realmente, en especial viniendo de un hombre que amaba a sus perros.
Horas antes de consumar el suicidio, allegados lo vieron en el mercado con una bolsa de compra que, indicó, contenía la última comida que tendría con sus fieles mascotas, detalló el medio local.
El anciano que trabajó como agente del Ministerio Público en los noventas llegó a su vivienda, donde envenenó a los 13 canes y luego él tomó la última porción del fatal brebaje.
“Vivo por ellos”, les decía Mauricio a todos sus amigos. Foto: AFP
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La última carta
Escobedo murió acostado en su hamaca, con sus 13 perros alrededor. Al llegar la Policía Municipal, ocho animales ya habían perecido y los demás estaban agonizando.
En una carta póstuma, Mauricio pide perdón al hermano con quien vivía por su decisión y subraya que no se culpe a nadie de su muerte. Su última voluntad fue que Luis Paredes, un albañil amigo suyo, le diera sepultura a sus mascotas en el terreno donde residía.
Posteriormente, los agentes del Servicio Médico Forense de la Fiscalía General del Estado (FGE) llevaron a cabo las diligencias de rigor.
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