Otra decisión más allá de Trump o Biden en las elecciones de EE. UU.: el control del Senado
Los 35 escaños del Senado pueden garantizar la gobernabilidad en Estados Unidos, más allá de quién gane entre Donald Trump y Joe Biden.
Las elecciones en Estados Unidos (EE. UU.) centran este martes 3 de noviembre la atención por saber quién ejercerá la presidencia durante los próximos cuatro años: Donald Trump o Joe Biden. No obstante, también está en juego uno de los poderes más trascendentales en la nación norteamericana.
En esta jornada electoral se votan 35 escaños de los 100 del Senado y todos los 435 de la Cámara de Representantes. Un Congreso bicameral que es definitivo en EE. UU. para tomar las decisiones más relevantes, más allá de la potestad implícita del primer mandatario.
Las principales reformas, como las de salud, obligatoriamente deben culminar el proceso de aprobación en el Senado, actualmente en manos de los republicanos. Para Biden, líder en los sondeos, y para el resto de los demócratas, es fundamental retomar su control, reportan medios locales.
Los senadores confirman los nombramientos de funcionarios, incluidos los del gabinete. El actual líder de la mayoría en el Senado, Mitch McConnell, lleva seis años en los cuales ha rechazado todo plan proveniente del Partido Demócrata.
La oposición necesita cuatro escaños para alcanzar la mayoría (51-49) o tres si Biden gana las elecciones, dado que la Constitución de Estados Unidos establece que la persona que ocupe la vicepresidencia, en ese hipotético caso Kamala Harris, ejerce la presidencia del Senado, y bajo ese cargo tiene la facultad de deshacer los empates.
Si los comicios que dirimen entre Trump y Biden pueden ser muy reñidos, en el Senado el escenario es parecido: el resultado final podría no conocerse la noche de este martes 3 de noviembre.
Tanto Trump como Biden hicieron campaña en algunos estados que, además de ser clave para su triunfo, pueden cambiar el panorama en el Senado. En Carolina del Norte, las encuestas favorecen a los demócratas y en Georgia, tradicionalmente conservador, toma ventaja el candidato demócrata.