Argentina: hijos de primer enfermero muerto por COVID-19 donan su plasma para “salvar vidas”
Los muchachos aseguraron que su padre estaría orgulloso de ellos por apoyar a las personas que más lo necesitan ante la emergencia sanitaria.
Dos hijos de Silvio Cufré, el primer trabajador de la salud que falleció a causa del coronavirus en Argentina, y que también contrajeron la enfermedad, decidieron donar su plasma para “salvar vidas”, como lo hacía su padre.
“Cuando estaba donando plasma, sentí que ese era mi deber y, por un momento, pensé que al llegar a casa le iba a contar lo que hicimos a mi padre... pero en verdad ya lo sabe porque él estuvo con nosotros cuando donábamos, no en cuerpo, pero sí en espíritu”, expresó a Télam Matías Cufré, de 18 años, uno de los seis hijos de Silvio.
Cufré trabajaba en el Instituto Médico Brandsen y murió luego de contagiarse del virus debido a que al menos dos de los pacientes que atendía en terapia intensiva tenían la enfermedad. Tras la muerte de su padre el 18 de abril último, los seis hijos de Cufré, entre ellos dos mellizas de 12 años, contrajeron el mal y luego de recuperarse los tres mayores donaron su plasma para mejorar el tratamiento de los pacientes críticos de coronavirus.
Dos hijos de Silvio Cufré, el primer trabajador de la salud que falleció a causa del coronavirus donaron plasma para "salvar vidas". (Foto: Télam)
“Donar fue una experiencia hermosa y pienso volver a hacerlo cuanto antes”. Agustín y Matías realizaron la donación el último jueves en el Instituto de Hemoterapia de La Plata; mientras que su hermano Nicolás deberá esperar unas semanas para hacerlo debido a una dolencia que lo obligó a tomar antibióticos.
“La idea de la donación se le ocurrió a mi hermano Nicolás y enseguida nos gustó, estábamos ansiosos; mi madre está encantada y sé que mi papá también lo estaría”, aseguró convencido el joven en diálogo con Télam.
El hijo afirmó que su padre nunca supo que estaba enfermo de coronavirus, sino que creyó que tenía una neumonía. Cuando Silvio Cufré murió, la familia quedó devastada de dolor y su angustia se agravó con el hostigamiento que sufrieron de parte de los vecinos del barrio de la localidad de Alejandro Korn donde viven, algunos de los cuales amenazaron con prender fuego la humilde casa que habitan.
“Fue dura la discriminación de todos. Y tuvieron que ponernos un patrullero que viene todos los días a las 20 y se va a las 7 de la mañana”, dijo con tristeza Nicolás. Su hermano Matías aseguró que no guarda rencor hacia sus vecinos porque “las personas se equivocan” y agregó que no odia tampoco porque “el problema del odio es que siempre consume a quien lo siente”.
Agustín y Matías se fotografiaron mientras les extraían plasma portando unos carteles que invitaban a los habitantes del partido de San Vicente a donar y celebraron que otras dos personas de ese distrito viajaron con ellos para hacer lo mismo.