New York Times realiza desalentador pronóstico sobre la vacuna contra la COVID-19
Una investigación del diario estadounidense recogió la desesperanzadora opinión de miembros de la comunidad científica en torno a una próxima vacuna contra el coronavirus.
La creación de una vacuna es la mayor esperanza para neutralizar el avance de la pandemia del coronavirus. Es una premisa en la que muchos científicos coinciden, incluyendo el Dr. Anthony S. Fauci, el mayor experto en enfermedades infecciosas del equipo de Donald Trump, quien incluso asegura de que estaría lista en un plazo máximo de 18 meses.
Sin embargo, otros miembros de la comunidad no suscriben las afirmaciones de Fauci, indicando que los ensayos clínicos casi nunca tienen éxito y la solución aún puede tardar cuatro años, mucho tiempo más del que la economía, limitada por el distanciamiento social, podrían aguantar.
El desarrollo del proyecto durará 3 meses y contará con S/ 300 mil de financiamiento. Foto: Oficina de Comunicaciones del Instituto Nacional de Salud.
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A pesar de ello, el NY Times asegura que si hay un momento clave para desarrollar una vacuna es ahora. Por ello, en su sección de Opinión, investigó los puntos de vista de expertos y si es posible acelerar el proceso de algunos años a los próximos meses.
Cabe resaltar que para obtener un resultado concluyente, los investigadores deben pasar años haciendo pruebas adicionales, midiendo consecuencias a largo plazo, entre otros. Un error a esa escala puede derivar en una tragedia aún mayor. Aunque, con el rastro de muerte que la pandemia está dejando a su paso, no se disponen de muchas opciones.
En ese sentido, alrededor del mundo existen, oficialmente, 254 terapias y 95 vacunas que se encuentran en periodo de análisis y a la espera de una conclusión respecto a su funcionalidad.
“Si quieres cumplir con ese plazo de dieciocho meses, una manera de hacerlo es poner tantos caballos como puedas en la carrera”, dijo Peter Hotez, decano de la Escuela Nacional de Medicina Tropical en la Facultad de Medicina de la Universidad Baylor.
Lamentablemente, no todos esos ‘caballos’ pueden competir. Se calcula que menos del 10 % de los fármacos que se contemplan son aprobados por Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por su sigla en inglés).
Los pocos competidores de la carrera fracasan. Algunos no superan a los tratamientos actuales y otros poseen efectos secundarios graves.
Prototipo de vacuna en España.
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Un punto a favor de los investigadores es el desarrollo de una prueba de detección del coronavirus. Para lograrlo, fue importante el reconocimiento que tanto el SRAG como el SARS-CoV-2, este último el virus causante de la COVID-19, son similares y usan las proteínas de espiga para adherirse en las células de los pulmones. Descubrir el método de infección puede ser fundamental.
Sin embargo, aunque este último fue un caso de éxito, la velocidad con la que los científicos superan la fase de investigación podría hacer que ignoren algunos aspectos claves. Este temor también lo comparte el biólogo Robert van Exan, quien aseguró que una vacuna aprobada recién estaría disponible en un par de años y que incluso “esto es muy optimista y de probabilidades relativamente bajas”.
En busca de una vacuna contra el coronavirus. Perú se une a esta lucha por salvar a millones de personas. Créditos: La República.
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¿Cómo se crea una vacuna?
Contrariamente a lo que se cree, los investigadores no deben inyectar a las personas con vacunas experimentales, sino hasta que estas hayan sido rigurosamente comprobadas en análisis de laboratorio.
En primer lugar se prueba la vacuna en algunos voluntarios, los cuales son diariamente observados para analizar su evolución. A este proceso se le conoce como Fase 1.
La segunda y tercera fase son similares, variando únicamente en la cantidad de personas de la muestra. No obstante, el paso entre etapas suele tardar meses, pues cada paso implica un análisis de consecuencias.
“Si lo hacemos del modo convencional, no hay manera de cumplir con ese plazo de dieciocho meses”, apunta Akiko Iwasaki, una profesora de Inmunobiología en la Facultad de Medicina de la Universidad de Yale e investigadora del Instituto Médico Howard Hughes.
Ante esta dificultad, combinar varias fases y pruebas de las potenciales vacunas en más personas asoma como una opción a considerar. En este punto coincide la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos, quienes enfatizaron en la necesidad de moverse a una “velocidad pandémica”.
Los virus debilitados son mezclados con una sustancia que fomente la respuesta inmune. Imagen: Xinhua.
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¿Y si la vacuna fracasa y todo empeora?
La posibilidad de que la cura sea peor que la enfermedad está latente en cada análisis de laboratorio. A cada paso, como se mencionó anteriormente, se le debe medir sus consecuencias.
En pruebas para el desarrollo de medidas contra el VIH o dengue se realizó un proceso llamado “amplificación inducida”, el cual podría transformar al organismo en algo más peligroso.
Normalmente, una vez descubierta una posible vacuna, se expone al voluntario al virus. Sin embargo, no se trata de infectar artificialmente al sujeto, sino que se suele colocar al paciente en un ambiente de contagio para observar.
“Es verdad que cualquier tecnología nueva tiene una curva de aprendizaje”, dijo Paul Offit, director del Centro de Educación sobre Vacunas en el Hospital Infantil de Filadelfia. “Y en ocasiones, esa curva de aprendizaje tiene un costo humano”.
“Es por eso que desarrollar vacunas toma tanto tiempo. Pero estamos haciendo que todo sea muy breve. Esperamos que podamos evaluar estos riesgos a medida que ocurren, tan pronto como sea posible”, indicó por su parte Iwasaki.
Pruebas. Los científicos de China intensifican sus trabajos. El Ministerio de Defensa chino anunció haber obtenido "con éxito" vacuna contra el Covid-19. Foto: AFP.
Vacunas de emergencia
Un caso probable es el éxito de una vacuna durante los primeros ensayos, y esto podría obligar a los gobiernos a emitir una disposición para que los miembros de primera línea los primeros en ser inyectados.
El NY Times apunta que, incluso si se desarrolla una vacuna en 12 o 18 meses, conseguirla va a ser casi imposible, pues antes se debe considerar a los millones que se encuentran a la espera de una cura. El diario incluso ve aún más larga la espera si es que China tiene éxito por encima de Estados Unidos, pues las medidas deberán pasar primero por sus ciudadanos.
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La fabricación de las vacunas
En el supuesto caso de que se consiga una vacuna en un plazo relativamente corto, su producción a gran escala podría significar otro problema en el camino.
Las compañías farmacéuticas, en su mayoría, poseen plantas propias, algunas de las cuales son especializadas, con características que se amoldan a la enfermedad para la que producen medicamentos. Estas fábricas suelen tardar casi cinco años en construirse, además, de acarrear hasta tres veces más presupuesto que una normal, recoge el diario.
“Simplemente, no pueden esperar”, afirmó Iwasaki. “Si resulta ser una vacuna terrible, no la distribuirán. Pero al menos tendrán la capacidad (en caso sea exitosa)”.
Al final, Estados Unidos tendrá la capacidad de fabricar en serie solo dos o tres vacunas, aseguró Vijay Samant, exdirector de fabricación de antivirales en Merck. “La tarea de fabricación es irrealizable”, afirmó.
Bill Gates
Recientemente, la Fundación Bill y Melinda Gates reveló que construirán fábricas para siete vacunas. “Aunque terminemos solo eligiendo máximo dos de ellas, vamos a financiar la fabricación de las siete, para así no perder tiempo”, indicó Bill Gates
Otra opción es el ARN mensajero (ARNm), una cadena de nucleótidos que pueden fabricarse con mayor velocidad y que “le darían la orden al cuerpo” de crear sus propios antígenos con los cuales vencer a la COVID-19.
La opción, aunque esperanzadora, no es del todo aprobada por Van Exan: “Nadie nunca ha fabricado una vacuna ARN para humanos”.
Aun así, lo único cierto es que el ARNm no es muy estable y puede descomponerse dentro del cuerpo.
“A estas alturas, estoy esperando que cualquier cosa funcione”, afirmó Iwasaki. “Si funciona, maravilloso, será genial. Simplemente no sabemos”.