“Me estoy quedando sin plata, no sé cómo voy a seguir”: la dura cuarentena de un joven en Francia
Los días de confinamiento en casa afectan de manera dramática a los que menos tienen. Un hombre de 32 años contó su angustiante presente.
“Sólo salí una vez en siete días por culpa del coronavirus. No hay nada afuera, no hay gente, no hay negocios, solo edificios. Paso mis días en el departamento de un amigo. Me quedo despierto hasta las 3 o 4 de la mañana, no puedo dormir”, es el desgarrador relato de un joven de 32 años que siente cómo la cuarentena transformó su vida en una pesadilla.
La crisis de la COVID-19 y el encierro obligatorio lo tiene atrapado en un callejón sin salida. No consiguió ayuda del Estado, el dinero se le agota y se la pasa encerrado en un pequeño espacio a la espera que termine la pandemia y pueda regresar a la normalidad.
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El joven de Camerún escribió una carta en la que describió la dura experiencia que le ha tocado vivir durante la cuarentena en Francia. Posteriormente, la envió al diario Libération, donde su relato se volvió viral. Actualmente está refugiado en los suburbios de París con un amigo y un compatriota.
“Sólo me quedan 90 euros, 10 dólares y 50 afganos. Gasto alrededor de 45 euros por semana. Es mi parte por la comida. Tengo suerte, el amigo que me aloja trabaja en un hipermercado. Él se encarga de las compras. No sé cómo voy a hacer en dos semanas. Me recibieron en el Ministerio de Defensa de París, pero me dijeron que no podían hacer nada, que no podían ayudarme”, sostuvo.
El mundo está totalmente paralizado. (Foto: EFE)
El extranjero contó que se distrae leyendo la información sobre la pandemia y llama a su familia en Kabul cada dos días. Está preocupado porque antes de partir a Francia dejó 2000 dólares, dinero que se les está acabando en esta crisis por el coronavirus, que no tiene cuando finalizar.
El extraductor del ejército francés en Afganistán cuestionó la falta de respuestas del Gobierno, que no respeta su tiempo de servicio en las Fuerzas Armadas. Asimismo, resaltó que no lo ayudan con sus papeles. “No tengo derecho a ninguna asistencia, ni para vivienda ni para salud”, comentó.
Culminó diciendo que su situación era muy mala, pero con el aislamiento por la COVID-19 todo empeoró. “Antes de la cuarentena tenía otros lugares donde refugiarme, iba de un lado al otro con conocidos, nunca más de dos o tres noches seguidas. El resto del tiempo dormí afuera en las estaciones del subterráneo”, finalizó.