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Misterio resuelto: una piedra revela quién diseñó la Torre Pisa [FOTOS]

Después de 846 años, el fragmento de una roca guardaba el nombre del misterioso artista que erigió el monumento italiano.

La Torre de Pisa, uno de los emblemas de la arquitectura mundial por su fascinante estructura, guardó durante 846 años el nombre de su verdadero autor.

Ubicada en la región de Toscana, en el centro de Italia, la identidad de su creador ha sido materia de discusión durante varios siglos.

Se creía que Bonanno Pisano había construido la obra de arte, y gracias a una investigación realizada por Giulia Ammannati, docente de paleografía latina en la Escuela Normal Superior de Pisa, las pruebas serían contundentes para reafirmar esa premisa.

Tras descifrar un pedazo de piedra, encontrado en 1838 cerca de la Torre de Pisa, los lugareños y estudiosos creyeron que se trataba de la lápida de Bonanno, un artista local reconocido durante la época en que se construyó el edificio, entre 1170 y 1180.

Sin embargo, gracias al exhaustivo análisis de la roca en la que se leía la palabra opus (obra, en castellano),Ammannati pensó que no podría tratarse de una inscripción fúnebre, según infoma Clarín.

"Esa placa debía ser clavada en una de las paredes de la Torre para recordar y glorificar a su autor, pero cuando el monumento empezó a inclinarse y los trabajos se detuvieron, Bonanno, que se sintió muy amargado, abandonó la placa entre los restos de los materiales de construcción y el tiempo, en parte, la destruyó", afirma la docente.

Con el paso del tiempo, Giulia Ammannati reconstruyó el epígrafe y se topó con una frase en latín que refuerza el vínculo entre Bonanno Pisano y la Torre de Pisa: “Mirificum qui certus opus condens statui unum, / Pisanus civis Bonannus nomine dicor”.

"Lo que seguro he levantado, fundado, es una obra admirable sobre cualquier otra, soy el ciudadano pisano llamado Bonanno", reza traducido al castellano.

Cabe resaltar que la curiosa inclinación de la Torre de Pisa fue interpretada en esa época como una vergüenza, debido a que los habitantes de la República lo creían defectuoso.