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Cuidó el cadáver de su padre en su departamento por tres semanas:"No tenía a nadie con quien hablar"

El hombre eliminaba los insectos que atraía el cuerpo en descomposición y disimulaba su olor con aerosol. Los vecinos tuvieron que alertar a las autoridades de Japón, quienes lo condenaron a un año de prisión.

Un ciudadano japonés fue condenado a un año de prisión por mantener el cadáver de su padre por casi un mes en su domicilio. El hombre ‘cuidaba’ el cuerpo y eliminaba los insectos a diario debido a que no quería quedarse “sin su único amigo”, según un informe del periódico local The Asahi Shimbun.

El hombre de 61 años encontró a su progenitor muerto en el sillón de su domicilio en Tokio el pasado 31 de julio. Según su declaraciones, lo frotó con una toalla y le cambio de ropa, pero no se sintió preparado para informar el deceso ya que se quedaría completamente solo.

Durante 24 días, el hombre de 61 años rociaba aerosol sobre el cuerpo para disimular el olor de su descomposición y colocaba un plástico debajo para evitar que los fluidos corporales no ensucien el suelo.

Con el pasar de los días dio cuenta de la magnitud de sus acciones, recoge el mismo medio, pero no se atrevió a decir nada debido a que si se llevaban a su padre quedaría “realmente solo”.

A finales de agosto, la policía japonesa apareció en la puerta de su departamento debido a las quejas de los vecinos por el intenso hedor que provenía del lugar. Tras realizar las investigaciones, el acusado aceptó todos los cargos en la primera audiencia del 5 de noviembre.

El sujeto pasaba casi todo el día en su departamento. Luego de la muerte de su madre por cáncer de seno, abandonó su trabajo y se dedicaba a realizar las tareas domésticas mientras su padre laboraba como cuidador de una escuela secundaria.

La salud de su progenitor se deterioró el 26 de julio de este año pese a que rara vez se enfermaba. Él insistía en llevarlo a un hospital pero este se negaba, hasta la mañana del 31 de julio cuando lo encontró sin vida acostado en su futón.

Al ser consultado por el juez por el motivo de su acción, el japonés contestó que fue porque le daba terror pensar que haría después. “Temía que me arrojaría a la soledad si el cuerpo fuera descubierto por otra persona... habría mantenido las cosas como estaban porque no tenía a nadie con quien hablar”, sostuvo.