Estados Unidos y Rusia protegen sus intereses. ¿Cómo un conflicto entre el gobierno sirio y rebeldes opositores involucró a las dos potencias mundiales?,Según datos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el conflicto en Siria ya ha dejado más de 400 mil muertes desde el 2011. Lo que inició como una guerra civil, ahora involucra a Estados Unidos y Rusia, potencias mundiales que defienden sus intereses y ponen en vilo al mundo ante una eventual gran guerra. PUEDES VER Siria retiró a su ejército antes del ataque de Estados Unidos Como recuerda la BBC, el conflicto interno en Siria inició en marzo del 2011 con un levantamiento de opositores al presidente Bashar al Asad debido a la falta de empleo, la corrupción y la constante represión. El 15 de marzo del mismo año, día que se conmemora el inicio del conflicto en Siria, se produjo una gran manifestación en Damasco, capital siria, y Alepo, en rechazo a la tortura que sufrió un grupo de adolescentes días atrás. La represión de las fuerzas de seguridad aumentó y dejó decenas de víctimas mortales. El conflicto se había extendido por todo el país, pero al mismo tiempo, la represión del gobierno de Bashar al Asad fue acabando con más vidas. Meses más adelante, en julio, los opositores decidieron combatir en igual de condiciones a las fuerzas de seguridad y empezaron a adquirir armas de fuego. Poco a poco los rebeldes opositores, que incluyen a diferentes grupos como el Ejército Libre Sirio o ELS, islamistas y yihadistas, entre otros, fueron formaron brigadas para, defenderse y luego para expulsar a las fuerzas de seguridad de Bashar al Asad. Esta crisis fue aprovechada por el Estado Islámico (EI) o ISIS, quienes se instalaron en Siria e incrementaron su poderío por encima de los demás grupos rebeldes, lo que obligó la intervención de Estados Unidos. En el 2014, tras conocerse que Bashar al Asad usó armas químicas en un ataque a Damasco y alimentado por la ejecución de dos periodistas estadounidenses, Estados Unidos, por orden de Barack Obama, atacó a bases de ISIS en Siria. Desde entonces, Estados Unidos ha apoyado a algunos grupos opositores a Bashar al Asad con armamento y equipos, pero con el riesgo de que estas armas terminen en manos de grupos yihadistas. Mientras que el gobierno de Barack Obama pidió la renuncia de Bashar al Asad para empezar a calmar el conflicto interno, Donald Trump fue más directo. El 6 de abril de 2017, Trump ordenó un ataque militar contra las fuerzas de Al Asad y recientemente volvió a atacar la capital siria en alianza con Reino Unido y Francia en respuesta a un ataque químico. Por su parte, la cercana relación entre Rusia y Siria viene desde antes que inicie el conflicto interno en el país árabe en el 2011. No solo porque este país es un gran comprador de sus armas, sino porque en su territorio tienen instalado la base de Tartus, la única que tienen en el mar Mediterráneo. Gracias al apoyo ruso en el 2015, Al Asad pudo estabilizar, de cierta manera, el conflicto interno, sobre todo, después de perder bastante territorio en manos de la oposición. En enero del 2016, Estados Unidos y Rusia intentaron persuadir a las partes de la guerra en Siria a una “conversación de acercamiento” en Ginebra en busca del cese al fuego; sin embargo, no se pudo concretar debido a una ofensiva del gobierno sirio a Alepo. En el 2017 se intentó otro acercamiento de paz, pero sin éxito alguno. Rusia ha anunciado que el ataque a Damasco por parte de Estados Unidos, Reino Unido y Francia “tendrá consecuencias”. Mientras tanto, el temor por una eventual gran guerra, aumenta. La respuesta de Rusia y el papel de Estados Unidos y sus aliados en los próximos días podrían ser decisivos.