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Mauricio Islas y el escándalo por el que pensó acabar con su vida

Mauricio Islas es un reconocido actor mexicano que a inicios del 2004 estuvo involucrado en una fuerte polémica que lo llevó a considerar atentar contra su vida. ¿Qué pasó?

Mauricio Islas y Génesis Rodríguez protagonizaron una polémica durante las grabaciones de “Prisionera”. Foto: composición LR/ @MauricioIslas / Instagram
Mauricio Islas y Génesis Rodríguez protagonizaron una polémica durante las grabaciones de “Prisionera”. Foto: composición LR/ @MauricioIslas / Instagram

Mauricio Islas estuvo en el ojo de la tormenta por las denuncias de José Luis Rodríguez ‘El Puma’ por involucrarse sentimentalmente con su hija Génesis Rodríguez cuando aún era menor de edad.

¿Cuál fue el escándalo de Mauricio Islas?

Durante las grabaciones de la telenovela “Prisionera” en el 2004, se especulaba que entre Mauricio Islas y Génesis Rodríguez existía un vínculo amoroso. Pero el escándalo detonó cuando José Luis Rodríguez ‘El Puma’ denunció al actor por abuso sexual, tras haber tenido intimidad con la actriz, quien en ese entonces era menor de edad.

Tres meses después de iniciadas las grabaciones, la producción organizó una fiesta a la que acudieron los actores y, según confirmó el propio Mauricio, mantuvo relaciones sexuales con Génesis, pero con su consentimiento. Sin embargo, el caso repercutió en los medios y debido a la polémica que protagonizó Islas, decidieron reemplazarlo por otro artista.

¿Qué edad tenía Mauricio Islas?

En el 2004, Mauricio Islas tenía 31 años, mientras que la engreída del ‘Puma’ Carranza tenía 17 años. La diferencia de edad era de más de 14 años. Por ello, las críticas fueron hacia el también productor y director mexicano.

¿Por qué Mauricio Islas pensó acabar con su vida?

Tras hacerse público el caso, Mauricio confesó que fue uno los momentos más difíciles e incluso consideró atentar contra su vida. No obstante, atravesar todo eso lo ayudó a ser más fuerte y afrontar las cosas con otra perspectiva.

“No dormía. Era tanta mi desesperación que me metí al clóset y me encerré; de repente dije: ‘Ya no quiero vivir, ya no quiero saber más nada’. Cuando salí habían pasado siete horas (…). También recuerdo que una vez tuve que salir en la cajuela del coche para poder ver a mis abogados”, contó.