La presencia del volante en ‘Enemigos públicos’ dobló su sintonía a 8,2 puntos . Ex vedette asumió conducción ante ausencia de Aldo Miyashiro. La visita de Juan ‘El Loco’ Vargas a ‘Enemigos públicos’, el martes, donde fue recibido por Mónica Cabrejos , consiguió doblar la sintonía de dicho espacio a 8,2 puntos de rating. El programa que conduce Aldo Miyashiro –ausente el martes– con Cabrejos superó a su competencia, ‘La noche es mía’, que hizo 5,8 puntos rating. Ya el lunes, el mismo Miyashiro había anunciado la presencia del volante de la selección nacional, pero se supo que se sintió enfermo por lo que no asistió al set de TV, y la ‘entrevista’ fue asumida por su partner, quien en todo momento se mostró cual fan enamorada , lo que al parecer mantuvo a la audiencia cautiva. Según Mónica, el buen rating –tuvo una media hora de 12,7 puntos en el sector C –era previsible “Tomando en cuenta la reciente Copa América y el buen desenvolvimiento de la selección”. Sin embargo, agregó que el encuentro “ fue una entrevista muy difícil”, pues el jugador de La Florentina, se mostró en todo momento “tímido y retraído”. “Es un amor de gente, sin embargo, me di cuenta de que cuando Juan está fuera de su hábitat es una persona retraída y de pocas palabras” , refirió. Durante el encuentro, donde se salió con su gusto de medirle el muslo izquierdo con un centímetro, Cabrejos se defendió aduciendo que se comportó como cualquier mujer lo hubiera hecho. “Me comporté como cualquier fémina que se sienta frente a un chico guapo e imponente, como es Juan Vargas. ¿Si me hubiera gustado que me mida mi muslo? Esa no era la intención. Esas son cosas que nacen en el momento. Lo mío fue resaltar más que nada sus cualidades como hombre, sus trabajados músculos y jugar un poco. El fútbol no es lo mío” , agregó. Contó además que al término de la entrevista el volante no tuvo tiempo ni de hablarle, pues las chicas que estaban en el público, lo rodearon para pedirle autógrafos y tomarse fotos. “Repito, fue una entrevista muy difícil porque además en cada corte las chicas gritaban y bajaban para tomarse fotos. Traté de no incomodarlo, pero por ratos lo sentí incómodo”, dijo.