Alejandro Sanz: “La alegría es un condimento indispensable”
La universidad de Cádiz otorgó al cantante el título de doctor honoris causa y se lo dedicó a la alegría.
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El cantante Alejandro Sanz dedicó ayer a la alegría el reconocimiento que recibió como doctor honoris causa por la Universidad de Cádiz (sur), por considerar que es “una asignatura que no se da en ninguna universidad del mundo” y que es el “condimento indispensable para cualquier cosa fundamental”.
Sanz aprovechó este reconocimiento de la universidad de la tierra de sus padres, de su infancia y adolescencia, para hablar de la importancia de la alegría, después de que en mayo pasado lanzara en sus redes sociales un mensaje en el que confesaba que no estaba bien y sufría de depresión. “Estoy triste y cansado, estoy trabajando para que se me pase. Pero a veces no quiero ni estar”, escribió entonces.
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Ayer, con una amplia sonrisa juró y prometió a la vez cumplir todos los honores de su nueva distinción, y, desde un escenario tan distinto a los que suele pisar, el doctor Alejandro Sanz quiso cantarle a la alegría en su discurso. “Me gustaría dedicar este discurso a una asignatura que no se da en ninguna universidad del mundo: la alegría. Mas allá de la inquietud que nos puedan crear los retos de la vida, está la actitud con la que afrontamos el aprendizaje. La alegría es el condimento indispensable para cualquier cosa fundamental, afirmó, y elogió a “la alegría de vivir con la pasión por delante”. “De los momentos más graves hay que aprender” porque la tristeza, la preocupación solo pueden ser un trampolín”, dijo.
Dedicó otro momento del acto a la memoria del guitarrista Paco de Lucía, que en 2007 fue también investido doctor honoris causa por esta universidad.
También homenajeó a “la música del conocimiento, del esfuerzo, de la curiosidad, a las universidades de todo el mundo, a la gente que estudia sin recursos, en sitios donde sobrevivir ya es un logro. Se lo dedico a los que con un lápiz hacen arte, a los que con una pizarra hacen estudiantes, a los que con una guitarra hacen historias, a lo bello de vivir buscando siempre una nota, un número, una ecuación o una estrella o un detalle que nos salve”, continuó.
Sanz también quiso enmendar la afirmación de su discurso en 2013, cuando fue nombrado doctor honoris causa por la Universidad de Berklee (EE. UU.) y apuntó “que la música era matemática, pero la matemática no era música”. Hoy ya sabe que “la matemática también es música, como la ciencia, la historia, la ingeniería o la medicina porque todas requieren de cierto ritmo, de cierta armonía, de cierta apuesta por la belleza y de la revelación, de la iluminación, de la magia, de lo que está más allá, de lo que parece posible… o probable”.























