Jhovan Tomasevich: “El ego es destructivo para un artista”
El cantante habla de los 20 años de Zen y opina del sector cultura. “Si no les interesa Kuélap, menos la música”.
Zen cumple 20 años y Jhovan Tomasevich recuerda que fue después de vender sus primeros 3.500 discos grabados “en la computadora de una casa” que decidieron ponerle nombre a la banda. “Nuestro demo, gracias al público, se convirtió en nuestro primer disco oficial”. Este sábado tocarán en el Gran Teatro Nacional.
A inicios del 2000, Zen tocaba en los campus de universidades. También las bandas peruanas estaban intentando sonar en el extranjero ¿no?
Es cierto. De hecho, justo salimos en esta suerte de ola o crecimiento del rock local. El público peruano lo veía con buenos ojos, las radios empezaban a buscar contenido y ahí caímos bien parados porque teníamos disco nuevo, éramos una banda nueva, fresca.
¿Qué dirías que los mantuvo unidos?
Dos cosas: la buena relación entre los integrantes –incluso nuestra separación fue siempre amical– y no hemos perdido las metas de lo que nos impulsó a crear Zen, es decir, hacer buenas canciones, divertirnos y buscar vivir de eso. De hecho, estamos haciendo un nuevo disco y uno siempre dice: “nuestro último disco es el mejor de nuestra carrera”.
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¿Y es así?
(Sonríe) No siempre es cierto, a veces es mentira, pero hay que decirlo. En este caso sí puedo decir que es una sensación increíble que los cuatro músicos nos metemos en el estudio a grabar y nos sorprendamos de que todavía tengamos esa chispa de querer comernos el mundo. También decíamos: “¡qué paja! ¿Por qué no hicimos esto antes?”.
La cantante Daniela Darcourt colaboró con la banda Zen para realizar el tema “Fuego eterno”, estrenado el último 17 de diciembre. Foto: captura YouTube Zen canal oficial
Alguna vez dijiste que buscabas mejorar tus letras. Hay autocrítica en Zen.
Claro, el ego es destructivo para un artista. El trabajo de los cuatro está en tratar de balancear cuando a alguno se nos va de las manos algo; decir: “esto no está funcionando”. Ese contrapeso ha sido interesante. Ahora, con las plataformas digitales, puedes crear un producto no muy bueno, y puedes tener éxito, pero cuando la gente te va a ver en vivo y no eres capaz de cantar tus propias canciones bien, no vas a tener futuro. En nuestro caso, ha habido una evolución en sonido y letras. No es tan fácil que un músico se sienta orgulloso de lo que está haciendo, nosotros lo estamos.
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El rock no tenía la popularidad de otros géneros en Perú. ¿Cómo llegan a la radio?
La primera persona en radio abierta que creyó en nosotros fue Sergio Galliani. Él me dijo: “yo encontré tu disco en el cajón para desechar de la radio”. No nos conocía, no sabía nada de Zen. Lo escuchó y dijo “qué buena esta canción” y lo puso en la radio. A partir de ahí, la gente empezó a llamar preguntando por el grupo. Fueron las radios las que nos llamaron y empezamos a distribuir lo que fue nuestro primer demo cuando no teníamos ni el nombre de la banda. Teníamos la esperanza de conseguir financiamiento o una disquera. Pero nunca llegó eso y empezamos a tocar.
No hubo tantos programas que fueran plataforma para las bandas. ¿Qué opinión te merece la crisis en el sector?
Honestamente, nunca he tenido ninguna expectativa al respecto, en ningún gobierno. Siempre he visto que la cultura ha sido menospreciada por casi todos los gobiernos. Cuando de alguna manera se ha intentado hacer algo, tenemos tan enraizada la corrupción que ya no confías en nadie. Si no les interesa Kuélap, menos les va a interesar la música, menos el rock. A nivel regional, otros países nos llevan décadas, Perú no aparece en ese mapa. Lo hemos conversado con músicos, aquí cada uno baila con su pañuelo. ¿Pero qué le espera a una banda nueva? Las bandas nuevas entran en desigualdad.