Chile, Perú y Colombia afrontarán riesgos fiscales y políticos de cara a 2026
El informe de Credicorp Capital destaca que las exportaciones andinas dependen en gran medida de China y Estados Unidos, añadiendo vulnerabilidad a tensiones comerciales.
- Reforma previsional dispararía el gasto fiscal anual a S/20.000 millones desde 2075
- Consejo Fiscal advierte optimismo excesivo del MEF en su proyección económica del Perú

Las economías de Chile, Colombia y Perú llegan al cierre de 2025 con señales de recuperación tras la fuerte desaceleración posterior al rebote post pandemia. El panorama, sin embargo, está marcado por riesgos fiscales, necesidad de mayor inversión y un contexto político decisivo, según el reporte presentado en la Investor Conference 2025 por Daniel Velandia, economista jefe de Credicorp Capital.
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El documento señala que los aranceles impuestos recientemente tendrían un impacto modesto, de entre 0,1 y 0,2 puntos porcentuales del PIB en los próximos 12 meses, siempre que no se extiendan a materias primas clave como cobre, oro y petróleo.
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En el frente externo, China y Estados Unidos concentran entre 30% y 38% de las exportaciones andinas, lo que mantiene la vulnerabilidad a tensiones comerciales.
Recuperación con matices
La reactivación de Chile, Colombia y Perú ha estado liderada por la demanda interna, apoyada en menores tasas de interés y una inflación en retroceso. El Banco Central de Chile (BCCh) y el Banco Central de Reserva del Perú (BCRP) ya se encuentran cerca de niveles neutrales, mientras que el Banco de la República de Colombia aún cuenta con espacio para recortes.
El impulso externo también ha jugado un rol importante. Chile y Perú gozan de un choque positivo de términos de intercambio, con el caso peruano registrando máximos en 75 años. Enrique Castellanos, profesor de Economía de la Universidad del Pacífico, señala que gracias a este contexto Perú crece 3%, pero “con los precios actuales de los minerales, agro y pesca deberíamos estar creciendo al 6%”. Para él, la brecha refleja la debilidad de la inversión privada y la necesidad de mayor confianza política.
En cada país se suman estímulos particulares: repunte del turismo argentino en Chile, remesas récord en Colombia y precios de exportación históricamente favorables en Perú. No obstante, Castellanos advierte que estos motores coyunturales no bastan para garantizar un crecimiento sostenible de largo plazo sin liderazgo político y reformas en sectores clave.
El informe también incluye recomendaciones en renta fija y variable. En bonos, destaca el atractivo de emisiones de bancos colombianos, de COFIDE en Perú y de la minera Nexa. En renta variable, se resalta el potencial de Ferreycorp en Perú (29,4% de upside estimado), Minsur (22,9%) e IFS (34,4%), además de oportunidades en sectores de banca, consumo y utilities en la región.
Presión fiscal y salida de capitales
El gasto público ha sido un motor de corto plazo, pero también eleva los riesgos fiscales. Chile acumularía dos años incumpliendo su regla fiscal, Perú tres, y Colombia decidió suspenderla. La deuda pública bordea 44% del PIB en Chile, 67% en Colombia y 32% en Perú.
A esto se añade la persistente salida de capitales residentes hacia el exterior, equivalente entre 5% y 9% del PIB desde eventos políticos recientes.
Para Castellanos, el gran reto es generar un “shock de confianza” desde el próximo gobierno, capaz de ofrecer estabilidad jurídica —“hemos tenido seis presidentes en ocho años”— y reducir la inseguridad ciudadana, condiciones necesarias para que los capitales retornen y se ejecuten grandes proyectos de infraestructura como el aeropuerto de Chinchero, la Línea 2 del Metro de Lima, Tía María, la nueva Carretera Central o proyectos de irrigación.
Elecciones presidenciales 2026
Las elecciones representan un punto de inflexión. Por primera vez en 20 años, los tres países tendrán cambio presidencial en el mismo periodo.
- En Chile, la primera vuelta se realizará el 16 de noviembre de 2025 y la segunda el 14 de diciembre.
- En Colombia, la primera vuelta presidencial está prevista para mayo de 2026, tras elecciones legislativas en marzo.
- En Perú, las primarias se celebrarán en noviembre de 2025 y las elecciones generales en abril de 2026, con eventual segunda vuelta en mayo o junio.
Sobre este panorama, Castellanos sostiene que en el caso peruano la incertidumbre política ya está incorporada en el cálculo de riesgo: “los inversionistas que están en Perú ya absorbieron y aceptaron ese nivel de riesgo”. Sin embargo, subraya que la clave será atraer nuevos capitales, lo que depende de liderazgo político y ejecución de proyectos.
Proyecciones para economías andinas
Chile: La actividad seguirá soportada por precios externos récord, bajas tasas de interés y una cartera de inversión de US$ 24.000 millones para 2025, un 21% más que en 2024. La minería y energía lideran, tras la resolución del royalty minero. Se proyecta un crecimiento de 2,4% en 2025 y 2% en 2026, con inflación bajando a 3% hacia ese año.
Colombia: El crecimiento estará impulsado por consumo de hogares, salarios reales al alza y menor desempleo. No obstante, la incertidumbre política frena la inversión. El PIB crecería 2,3% en 2025 y 2,6% en 2026, mientras la inflación se mantendría en 5% este año, la más alta entre los tres países. La deuda pública superaría 65% del PIB.
Perú: El país enfrenta un entorno externo favorable con términos de intercambio históricos y fuerte dinamismo interno. El PIB avanzaría 3,2% en 2025 y 3% en 2026. La inflación se ubica por debajo de 2%, con la tasa de referencia del BCRP en 4,25%. La confianza empresarial y del consumidor alcanzan máximos en años. Sin embargo, la inestabilidad política y la burocracia limitan un mayor crecimiento.
Factores clave a seguir son el 8º retiro de AFPs, que liberaría US$ 9.000 millones (27% de los fondos administrados), y el aumento de la violencia asociada al crimen organizado y la minería ilegal.
Al respecto, Castellanos considera que el efecto será acotado: la mayoría de esos fondos irán a ahorro en bancos y cajas o al pago de deudas, por lo que no generarán un impulso significativo ni en consumo ni en inversión.
En contraste, la confianza empresarial y del consumidor alcanzan máximos en años, lo que podría sostener la actividad en el corto plazo. El académico subraya que el reto es canalizar esa confianza en inversión productiva y por el lado del gobierno en mejoras en seguridad ciudadana, servicios públicos en salud, educación y saneamiento, para traducirla en crecimiento duradero.























