Economía

Recaudación minera cayó 43,6% en lo que va del año

Efecto. Aporte neto de la actividad extractiva se desplomó a la mitad pese a que la producción aumentó 10%. La débil presión tributaria juega en contra de las necesidades del país.

Según informes, la minería sufrió una caída de más del 40%. Foto: difusión
Según informes, la minería sufrió una caída de más del 40%. Foto: difusión

En un año donde se prevé el crecimiento económico más débil en dos décadas —sin contar la pandemia— y con poco margen para el gasto público, la recaudación tributaria por actividades económicas sigue en caída.

Al cierre de agosto, el total de ingresos tributarios bajó 11,7%, registrándose la caída más pronunciada en minería e hidrocarburos (-43,4%), según datos de la Sunat. Los sectores agropecuario, pesca, construcción y comercio también están en retroceso (ver infografía).

Se capta menos, pero se sigue produciendo

A detalle, la declinación es mayor en el subsector minería (-47,6%), aunque, para el economista Epifanio Baca, resulta extraño encontrarle una razón a la menor captación de recursos para el fisco en uno de los rubros más importantes del país, ya que, hasta julio, la producción de la industria extractiva subió 10,01% —y, desde el año pasado, hasta 13,35% solo en la minería metálica—.

“No hay una explicación para que el Impuesto a la Renta (IR) haya caído tanto. Ni los precios de cobre que siguen por encima de 3,5 dólares (la onza) ni el volumen de producción se han visto alterados. No es razonable la caída de la recaudación”, aseguró para este diario.

Por su parte, el exviceministro de Gestión Ambiental, José de Echave, alega que la menor cotización del zinc, las regularizaciones del IR de tercera categoría respecto al año pasado y el encarecimiento de los insumos generan un cóctel que da pie a la menor recaudación minera, la cual se traduce en una menor entrega de recursos a las regiones.

Además, según CooperAcción, el pago de Impuesto a la Renta de la minería, incluida la regularización, disminuyó en 62,4% en el acumulado hasta el séptimo mes en términos interanuales. El IR del sector minero representó un 14,8% del total recaudado y en términos de participación, apenas 10,2%. En ambos indicadores es menor al año previo.

El aporte neto de la minería al país sumó S/8.252 millones, un 50% menos de lo visto a julio del 2022, cuando alcanzó los S/15.861 millones.

Los especialistas recuerdan que una menor recaudación afecta a los recursos que reciben las regiones por la actividad extractiva. En datos del Ministerio de Energía y Minas (Minem), hasta julio se transfirieron S/6.877 millones, un 30% menos que en lo visto en el mismo periodo en 2022.

Baca advierte que el escenario macroeconómico es poco auspicioso, ya que “la caída de la inversión privada y del consumo es alarmante”; mientras que De Echave sostiene que el principal problema es la presión tributaria —15,6% del PBI, lejos del 22% de Brasil o 21% de Chile—, pero no se debatió cuando los precios lograron picos históricos pese a las sugerencias.

Más detalles del deterioro tributario

En ingresos no tributarios, el descenso fue de 27,4% frente al acumulado de enero-agosto de 2022. Desgranando, en regalías mineras la subida fue de 2,5%, pero bajaron en regalías Ley 29788 (-25%) y gravamen especial a la minería (-69,5%). Y, en Impuesto Especial a la Minería, el retroceso fue de 32,5%. En términos de devolución de impuestos, en minería e hidrocarburos la contracción fue de 1,5%, pero solamente en minería repuntó 23,1%.

Históricamente, la tributación minera ha sido clave para el país cuando los precios de los minerales están al alza —recuerda De Echave—, como en 2007, cuando el aporte del rubro en IR fue del 50%, y del total de tributos, del 25%. “Cuando no suben los precios, no es tan significativa, pero sigue siendo clave para las variables económicas”, acotó.

La palabra

Epifanio Baca, economista

“Ni los precios de cobre ni el volumen de la producción se han visto alterados. No es razonable la caída de la recaudación […]. El escenario macroeconómico con caída de la inversión privada es alarmante”.

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