Incrementan sueldo mínimo a S/1.130
Economía

Ganaderos lecheros en tiempos de vacas flacas

Sector en crisis. Deudas y los altos gastos de producción golpean a la ganadería lechera hace más de un año y esta se encamina a su extinción definitiva.

Kilos que faltan. La escualidez de esta vaca y su cría advierte que la prosperidad está muy lejos de volver a la pequeña ganadería familiar. Foto: Andi Chero/ La República
Kilos que faltan. La escualidez de esta vaca y su cría advierte que la prosperidad está muy lejos de volver a la pequeña ganadería familiar. Foto: Andi Chero/ La República

(Enviado especial a Cañete).

Los tiempos de las vacas flacas azotan a la ganadería lechera nacional y, más que una expresión bíblica y apocalíptica, resume la crisis que atraviesa el sector extractor de leche hace más de un año ante la indiferencia de la industria y del Ejecutivo como el Ministerio de Agricultura y Riego (Midagri); que lejos de auxiliar a los productores los han dejado en la fatalidad.

La cuenca del valle de Cañete es uno de los centros de acopio de empresas como Gloria y Nestlé hace más de dos décadas. La Dirección Regional de Agricultura estima que la provincia alberga a más de 3.000 lecheros y una producción diaria de 320.000 litros.

La voz de la quiebra

“Hace medio año tenía 40 vacas, poco a poco se fueron, las empresas no quisieron pagar más por la leche por más que los insumos subían, los acopiadores, por el contario, nos bajaron el precio. Nos abandonaron a los ganaderos. Así, ya no era razonable sobrevivir. Tuve que deshacerme de ellas y buscarme la vida de otra forma”, así se presenta Walter Chávez Yauri, productor ganadero del Anexo San Fernando, en Cañete.

Walter, de 54 años, narra que vive sus días entre “la improductividad y la suerte” desde hace seis meses que vendió a su última vaca. Su reciente labor fue el llenado de una zanja y solo recibió S/ 50, cifra lejana a los S/ 2.500 que conseguía a la semana con la venta de 2.100 litros de leche, negocio al que ingresó hace 10 años, tras construir su establo de 500 metros cuadrados al interior de su hogar. En el 2020, la pandemia llegó, pero no le impidió abastecer al mercado. La hecatombe lo azotó en enero del 2021, el precio de la alimentación de cada vaca subió de S/ 35 a S/ 50, los S/ 1.400 asignados para siete días ahora serían S/ 2.000. El precio de la leche se ubicaba en S/ 1,20 el litro. La desesperación se apoderaba de él.

“Todo iba subiendo y yo me endeudaba más y más por el alimento”, expresa Walter con desánimo mientras apunta a una vieja carreta cubierta con chala seca. Los camaleros lo acechaban y tentado por la necesidad no tuvo otra opción que vender a sus vacas, lo que se convirtió en una salida fácil y en un círculo vicioso que lo finiquitó por completo en agosto del año pasado.

Hacia el triste destino

El establo de Rufino Ccora y Delfina Vilcamisa se encamina a la misma suerte, y es que el recinto que nació en el 2013 contaba con más de 45 vacas, hoy ya solo quedan 23, tras las continuas ventas para solventar gastos.

Ccora, de 74 años, ingresó al negocio impulsado por su esposa, dejó la albañilería y emprendió su rumbo con cinco vacas.

Su rutina se inicia a las cinco de la mañana, a él se unen su cónyuge y su trabajadora. La pareja se encarga de la limpieza de los corrales y de alimentar al ganado; mientras que la ayudante pone en acción la dos máquinas ordeñadoras para extraer la leche de Lola, Cariño, Kelly, Nelly y demás.

“Yo cobro S/ 2.000 semanales por la leche que vendo, pero mi deuda es de S/ 3.000; eso no me alcanza para cubrir la producción, por lo que tengo que vender una o dos vacas; así las voy acabando”, explica Rufino sobre el déficit monetario del negocio, mientras llena una carretilla con chala picada que comerá la vaca Nazira.

Tanto Chávez como Ccora no han accedido a un préstamo bancario ya sea por el “alto riesgo” o porque “nunca lo necesitaron”.

Ganadería

Ilusión. A sus 74 años, Rufino Ccora espera una señal que cambie su destino y el de sus vacas. Foto: Andi Chero/ La República

Las deudas contraídas son con los agricultores, ya que la chala que consumen las vacas duplicó su precio por tonelada de S/ 110 a S/ 220, a raíz del alza de los precios de los fertilizantes en un 51%. 20 o 25 vacas comen 10 toneladas en siete días. El saco de concentrado de 50 kilos subió de S/ 40 a S/ 90 y dura un día.

“Lo peor es que no te pagan lo justo, te quieren dar solo S/ 1.400 o menos por la vaca”, comenta indignado Rufino sobre la oferta que recibe de los compradores de reses.

El hombre se esperanza en un préstamo de S/ 20.000 que ha pedido a Agrobanco, pero admite que “no será posible”.

“Igual tendré que vender otra vaca esta o la otra semana. No sé qué vamos a hacer”, adelanta Rufino, quien posa para la foto con Meche, la rumiante que mira a la cámara de reojo, quizás ya sospecha que su criador la ha escogido para su triste final en el camal, pese a que el sacrificio solo calmará la agonía del negocio a corto plazo.

Así está el panorama del sector lechero

Los lecheros de Cañete también han tenido que lidiar con las continuas evaluaciones de la industria a su producción. En enero, Nestlé aseguró que la leche no presentó la calidad e inocuidad óptimas para ser considerada para su acopio.

Los precios de producción han crecido en un 70%, los ganaderos de Cañete y de todo el Perú coindicen en que el costo por litro de leche fresca debe ser entre S/ 1,80 y S/ 2,00.

Los productores también piden contratos de compra venta.

El 15 de marzo, la Asociación de Ganaderos Lecheros del Perú (Agalep) anuncia un paro nacional en busca de medidas concretas del Gobierno.

Datos

En subida. La producción de 20 vacas lecheras tiene un costo aproximado de S/ 3.400 semanales distribuidos en alimento, hierbas, agua y fluido eléctrico.

Lo justo. Una vaca cuesta en el mercado más de S/ 3.000.