Pequeños productores de leche, los más afectados durante el estado de emergencia
Los embates del COVID-19 en la producción láctea nacional se sienten con mayor intensidad en los pueblos remotos, los cuales arrastran dificultades para ubicar sus productos en el mercado y no reciben un pago adecuado de los intermediarios.
Ante el estado de emergencia nacional desatado por el nuevo coronavirus, los pequeños productores de leche se encuentran contra las cuerdas debido a que no pueden desarrollar sus actividades con normalidad, al no contar con las cadenas de transporte correspondientes y que, en caso operen, pagan un monto menor en referencia al precio con el que comercian con los grandes mercados.
‘’Entre un 20 y 30 % de la producción nacional de leche arrastra problemas de salidas a los mercados ante la baja demanda y porque no hay compradores (…) No es una crisis general, pero está pegando en los que más necesitan, en los niveles socioeconómicos más bajos’’, contó a este diario el gerente de la Asociación de Ganaderos Lecheros del Perú (Agalep), Héctor Guevara.
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Por ejemplo, para el productor huancaíno Rolfi Mantari, los 280 ganaderos que viven del día a día en la comunidad de Nueva Libertad de Punto (Santo Domingo de Acobamba), no pueden colocar sus productos porque no están ingresando los porongueros, y aseguran no percibir ninguna ayuda del Estado.
‘’Producimos 2.200 litros diarios, aproximadamente, y vendemos a S/ 1,20 el litro (…) aunque ahora no sabemos qué hacer con tanto queso almacenado. Tengo 450 kilos almacenados y mañana llegan 200 más. Con todo amontonado, la gente se desespera y se venden en precios bajos’’, señala a este medio.
Asimismo, el especialista en lácteos de Melgar (Puno) Isaac Callo Cahuana, reconoció que el tráfico está un poco más flexible, pero se sigue golpeando a los productores, ya que los intermediarios – compradores que llevan los alimentos a los grandes mercados – están pagando de 8 a 10 soles por molde, y en la zona lo venden a 12 soles por kilo, e incluso hasta a 18 o 20 soles cuando se tratan de negocios relacionados al turismo, que en esta época no operan.
Conveagro exige al Estado fijarse en el sector lácteo
Conveagro remitió este martes una carta al Gobierno para solucionar el problema en el rubro lácteo durante la cuarentena por el COVID-19.
Dentro de las peticiones al presidente Martín Vizcarra, la agrupación ganadera solicita que se cree un Plan de Emergencia Agrario, para beneficiar a trabajadores en del campo en Cajamarca, Junín, Ayacucho, Puno y Ancash, los cuales se ven afectados por la escasez de ingresos.
Además, requieren la protección en frontera, para que se repongan barreras de protección a todos los productos que provienen del extranjero, los cuales vienen con precios subsidiadios y de esa forma dificultan la competencia en igualdad de condiciones, en alimentos como arroz, leche, maí, azúcar y oriundos como la papa.
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Otro de los puntos que proponen es el abastecimiento de leche nacional en los programas sociales, sumado a la restitución de aranceles y el quite de límites a la franja de precios, así como el cambio del Reglamento de Leche, para permitir la adecuada denominación del producto y no permita la recombinación y reconstitución de la misma.
Intermediarios tienen la sartén por el mango
Según Lorenzo Castillo, gerente de la Junta Nacional del Café, los intermediarios son los que siempre han fijado el precio y en este contexto de emergencia, se ha extendido su práctica.
‘’Esta situación obedece a un problema estructural en la pequeña agricultura del país. Los intermediarios tienen la sartén por el mango históricamente, al poseer medios de transporte y relacionarse con mayoristas en centros de abastos. Por ejemplo, los productores venden a 3 soles el frejol canario y en los mercados populares de Lince o Jesús María, están a 12 o 13 soles el kilo’’, argumenta.
‘’Lo mismo sucede con la papa. Están pagándoles a los productores treinta centavos por kilo y acá se vende hasta en 2,50 soles, o con la palta, que en la chacra la ofertan a 2 soles y aquí las venden a 12 soles’’, culmina.
Por último, Luis Vallejos, ganadero de San Luis de Lucma en Cutervo (Cajamarca), contó a La República que su trabajo se ha visto interrumpido ante la falta de compradores. ‘’No hay venta de queso. Las restricciones de transportes no lo permiten’’, alegó.
‘’A algunos amigos sí le están comprando, pero ha bajado. Ahora un acopiador paga 0,80 céntimos por litro de leche y lo venden a 1,20 a una planta en Cutervo’’, relata Vallejos, quien reconoció que al mes obtienen hasta 700 soles en su labor como ganaderos, y ante la pandemia, se les hace difícil mantener a sus vacas y ayudantes en el campo.