¿Bajos aranceles pueden impulsar la educación?
En el Perú los equipos multimedia, como las pantallas LCD, pagan un arancel de 6%, relativamente bajo en comparación a otros países de la región ¿Qué relación tiene esto con el sector educativo? En la siguiente nota te lo contamos.
Perú es uno de los países a nivel de Latinoamérica que presenta aranceles más competitivos para la importación de equipos de tecnología en el sector educativo, lo que ha permitido que las escuelas y universidades, tanto privadas como del Estado, integren estas tecnologías como herramientas de enseñanza en sus aulas. Así lo afirma la compañía tecnológica ViewSonic.
Según Alex Carlos, gerente de ViewSonic, el 6% de arancel que aplica nuestro país para equipos multimedia como proyectores o pantallas, representa una ventaja del Perú frente a otras naciones de la región como Ecuador, Colombia, Brasil o Argentina.
“Con un arancel de 6% en Perú, por cada 1.000 dólares de valor del equipo se pagan 6 dólares. Entonces, por ejemplo, una pantalla interactiva de 55 pulgadas tiene un precio de importación que, en virtud del arancel, puede salir al mercado para el consumidor final solo con un 25% por encima de lo que costó traerla, lo que cual permite ofrecer buenos precios”, indicó el ejecutivo.
Es decir, con dichos aranceles relativamente bajos, el público puede acceder, por ejemplo, a pantallas LCD a precios competitivos. Esto favorece a los estudiantes en todos los niveles (primaria, secundaria, superior) que son nativos digitales, por lo que necesitan una interacción constante con la tecnología en su aprendizaje, destaca ViewSonic.
La empresa destaca además que diversos especialistas en educación que señalan que, bien utilizadas, las herramientas tecnológicas pueden ayudar en procesos como la comprensión, el desarrollo del autoaprendizaje, trabajo en equipo, pensamiento crítico y la flexibilidad durante el aprendizaje.
Otras realidades
Según el gerente de ViewSonic, la realidad peruana contrasta con la de otros países de Latinoamérica, por ejemplo, Ecuador, donde no solo se pagan aranceles que van en un orden del 15% al 25% del valor del producto, sino que a ello se carga además un impuesto extra escalonado según el mayor o menor tamaño de la pantalla. Así, un equipo puede llegar al mercado final con un sobreprecio, solo por tasas, de hasta 125% con relación a lo que costó importarlo.
El caso de Colombia es similar pues tiene una tasa impositiva alta y los precios están muy a la deriva según el tipo de cambio del dólar, que puede bajar o subir de 5% a 10% de un día para otro. Esto afecta notablemente la planificación de las empresas porque el precio final, cambiado a la moneda local, puede variar mucho en un corto periodo.
Los casos de Brasil y Argentina son más extremos, refiere Alex Carlos, ya que en el país carioca un equipo puede terminar vendiéndose en más del doble del valor de importación. Asimismo, en Argentina esa diferencia se dispara hasta el triple por la alta carga arancelaria, los permisos, y la acción de los sindicatos que han convertido en una odisea la comercialización de estos productos.