Economía

Stiglitz: “El neoliberalismo lleva 40 años debilitando la democracia”

En reciente columna, el Nobel de Economía hace un repaso sobre los resultados de las políticas neoliberales en el mundo.

Advertencia. Existen problemas en las economías de China, la zona euro y EEUU, dice Stiglitz.
Advertencia. Existen problemas en las economías de China, la zona euro y EEUU, dice Stiglitz.

El premio Nobel de Economía, Joseph Stiglitz, repasa la situación de la postura neoliberal y su influencia en el orden mundial. Advierte, por ejemplo, que autores y politólogos como el estadounidense Francis Fukuyama sostenían que “el derrumbe del comunismo eliminaría el último obstáculo que separaba al mundo de su destino de democracia liberal y economía de mercado”.

En su reciente columna publicada en el portal web Project Syndicate, Stiglitz advierte que si bien muchos estuvieron de acuerdo con dicha afirmación; hoy la idea “parece anticuada e ingenua”.

Asegura que la credibilidad de la fe neoliberal “en la total desregulación de mercados como forma más segura de alcanzar la prosperidad compartida está en terapia intensiva”.

“La pérdida simultánea de confianza en el neoliberalismo y en la democracia no es coincidencia o mera correlación: el neoliberalismo lleva cuarenta años debilitando la democracia”

Recuerda, además, que esta idea ha sido defendida por Dani Rodrik y por él mismo en recientes publicaciones.

“Los efectos de la liberalización de los mercados de capitales fueron particularmente odiosos: bastaba que el candidato con ventaja en una elección presidencial de un país emergente no fuera del agrado de Wall Street para que los bancos sacaran el dinero del país”

Mientras que en los países ricos, “se decía a los ciudadanos: ‘no es posible aplicar las políticas que ustedes quieren’ (llámense protección social adecuada, salarios dignos, tributación progresiva o un sistema financiero bien regulado) ‘porque el país perderá competitividad’”.

Haciendo un repaso de estas promesas y la aplicación de políticas neoliberales, el economista concluye que los efectos no fueron ni alentadores y tampoco los prometidos.

“Las élites aseguraron que sus promesas se basaban en modelos económicos científicos y en la ‘investigación basada en evidencia’. Pues bien, cuarenta años después, las cifras están a la vista: el crecimiento se desaceleró, y sus frutos fueron a parar en su gran mayoría a unos pocos en la cima de la pirámide. Con salarios estancados y bolsas en alza, los ingresos y la riqueza fluyeron hacia arriba, en vez de derramarse hacia abajo”.

A modo de conclusión, el Nobel de Economía asegura que “el único modo de salvar el planeta y la civilización, es un renacimiento de la historia”.

"Debemos revivir la Ilustración y volver a comprometernos con honrar sus valores de libertad, respeto al conocimiento y democracia".

Fuente: Project Syndicate