China desafía a la NASA con pruebas de su cohete gigante de 21 motores y 92 metros para conquistar la Luna
El Long March-10 es un paso más de China hacia su objetivo de acercarse a la Luna e intentar aterrizar astronautas en ella para el año 2030.
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China sigue avanzando en su misión para la Luna. El Long March-10 comenzó sus pruebas en el puerto espacial de Wenchang, en la isla de Hainan, con el objetivo de avanzar hacia la posibilidad de que astronautas se establezcan en la Luna y se construya una base sobre ella.
El proceso para la conquista de la Luna, con un plazo fijado para 2030, busca ser posible con este vehículo espacial, que supera tanto a los creados por la NASA como al Long March-5, el más potente de China en la actualidad. Con 900 toneladas de empuje, el Long March-10 busca desempeñar un papel clave en la construcción de la Estación Internacional de Investigación Lunar (ILRS).
¿Cómo es el Long March-10?
Con 92 metros de altura (casi 300 pies), el Long March-10 cuenta con 21 motores YF-100K que permitirán aterrizar en órbita junto con las naves espaciales tripuladas Mengzhou y el módulo de aterrizaje Lanyue, con el objetivo de que todas estén reunidas antes de 2030, la fecha pactada para aterrizar en la Luna.
Las últimas pruebas confirmaron que todos los motores de los cohetes funcionan con normalidad, ofreciendo una alta potencia y un conjunto completo de datos para la construcción de futuros cohetes espaciales. Este cohete también tiene fines científicos y busca convertirse en un aliado de Rusia y otros socios de cara a 2035.

Los 21 motores YF-100k permitirán aterrizar en la órbita lunar.
Los desafíos que enfrentó el cohete
En declaraciones al medio China Daily, los responsables del proyecto Long March-10 aseguraron que los bancos de pruebas no podían soportar las cargas generadas por el empuje del cohete. Por ello, el equipo tuvo que utilizar una plataforma de lanzamiento para realizar las observaciones, con casi 1.000 toneladas de carga.
Aunque el Long March-10 estaba inicialmente dedicado a misiones lunares tripuladas, se está desarrollando una variante, la A10, que contará con una primera etapa reutilizable. Además de lanzar el cohete gigante de 67 metros de altura, se enviarán la nave espacial tripulada Mengzhou y la nave de carga Tianzhou a la estación espacial Tiangong de China en la órbita terrestre baja.

Estación Espacial.
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Otras pruebas del Long March-10
El Long March-10 ha completado pruebas clave para garantizar su éxito en futuras misiones espaciales, como las de la Luna. Se verificó el módulo de propulsión de la primera etapa, enfocándose en el funcionamiento de los motores múltiples y la detección de fallos, lo que asegura que el cohete pueda operar de manera estable y segura. También se evaluaron nuevos recubrimientos y estructuras resistentes al calor, vitales para proteger el cohete en el lanzamiento y la reentrada.
Según Zhu Pingping, miembro del equipo, estas pruebas son fundamentales para mejorar el diseño del Long March-10. Con estos avances, China está más cerca de lograr su objetivo de enviar astronautas a la Luna para 2030.





















