
Las ballenas primitivas tenían pies y dedos, según fósiles hallados en un sitio paleontológico en el desierto del Sahara
Este sitio paleontológico, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2005, destaca por sus descubrimientos significativos, incluido el Basilosaurus isis, una ballena prehistórica de 18 metros.
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En pleno desierto del Sahara egipcio se encuentra el Valle de las Ballenas, un sitio paleontológico donde yacen cientos de esqueletos de ballenas arcaicas que datan del Eoceno, entre 55 y 34 millones de años atrás. Este lugar fue, en tiempos remotos, parte del océano Tetis, cuando la región del actual Egipto estaba cubierta por agua.
"Estos fósiles representan una de las historias más importantes de la evolución: el surgimiento de la ballena como mamífero oceánico a partir de una vida anterior como animal terrestre", afirma el sitio web de la UNESCO.
Desde el hallazgo inicial en 1902, los paleontólogos descubrieron más de 400 esqueletos, entre ellos el de la especie Basilosaurus isis, una ballena prehistórica que alcanzaba hasta 18 metros de largo. Según estudios, este depredador pudo haberse alimentado de ballenas más pequeñas, aplastando sus cráneos antes de devorarlas. Cabe indicar algunos fósiles encontrados en el lugar tienen pies y dedos.
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Descubren el fósil de una ballena con pies y dedos
En 1989, un equipo de la Universidad de Michigan y del Museo Geológico Egipcio realizó un hallazgo excepcional en el Valle de las Ballenas (Whale Valley): esqueletos de Basilosaurus isis con extremidades traseras, incluso pies y dedos. Este descubrimiento confirmó que estas ballenas arcaicas, a diferencia de las especies modernas, aún conservaban restos de sus antiguos miembros posteriores.
Aunque las ballenas actuales carecen de patas traseras visibles, aún conservan huesos pélvicos, un vestigio anatómico que señala su pasado terrestre. Los fósiles de B. isis encontrados en el Valle de las Ballenas pertenecen a los arqueocetos, un grupo de cetáceos primitivos del Eoceno que representan una etapa clave en la evolución hacia las ballenas y delfines modernos.
La excelente preservación de estos restos fueron posibles gracias al clima árido del desierto egipcio desde el Plioceno, hace entre 5,3 y 2,6 millones de años, según la UNESCO. Esta condición permitió que los fósiles permanezcan prácticamente intactos durante millones de años. Esto convierte al Valle de las Ballenas en uno de los sitios paleontólogos más importantes del mundo.
El Valle de las Ballenas como Patrimonio de la Humanidad
En 2005, el hallazgo de un esqueleto casi completo y un buen estado de Basilosaurus isis marcó un hito en la paletnología y motivó a la UNESCO a declarar el Valle de las Ballenas como Patrimonio de la Humanidad. Este descubrimiento reafirmó la importancia científica del lugar e impulsó nuevas investigaciones que terminaron revelando una diversidad fósil.
Actualmente, el Valle de las Ballenas funciona como un museo al aire libre, equipado con un centro de visitantes y acceso diseñados para el turismo educativo, aunque permanece bajo estricta protección para conservar su valor científico. A pesar del acceso público, el trabajo paleontológico continua activo.