Científicos revelan que los océanos se están volviendo ácidos, entran en una “zona de peligro” y serían una bomba de tiempo
Los investigadores advierten que la acidez en los océanos han alcanzado niveles elevados, amenazando a los ecosistemas marinos y la seguridad alimentaria en el mundo.
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Un equipo de oceanógrafos ha confirmado que los océanos del planeta han alcanzado niveles de acidez críticos, una condición que amenaza a los ecosistemas marinos y afectará a los humanos que dependen de ellos. La investigación, realizada por el Laboratorio Marino de Plymouth del Reino Unido, advierte que la situación ya se encuentra dentro de una ‘zona de peligro’ y que provocaría la ruptura permanente del equilibrio marino.
Las conclusiones publicadas en Global Change Biology, se basan en datos físicos y químicos recolectados en distintos niveles de profundidad, junto con modelos computacionales de simulación global. La directora del estudio, Helen Findlay, oceanógrafa biológica, explicó que "las aguas profundas están cambiando con más rapidez de lo que se pensaba", lo cual agrava el impacto en especies que habitan más allá de la superficie.

Los corales están muriendo a medida que los océanos se vuelven más cálidos y más ácidos. Foto: IStock
¿Cómo los océanos se hacen más ácidos?
La acidificación oceánica se produce por la absorción de dióxido de carbono (CO₂) emitido por actividades humanas como la quema de combustibles fósiles. Alrededor del 30 % del CO₂ atmosférico es capturado por el mar, lo que genera un proceso químico que forma ácido carbónico. Este fenómeno libera iones de hidrógeno, aumentando la acidez del agua y reduciendo la cantidad de carbonato disponible.

Estado de saturación de aragonito en aguas superficiales desde la etapa preindustrial hasta el 2020. Foto: Global Chance Biology
El carbonato es esencial para la formación de estructuras como conchas y esqueletos en corales, moluscos y ciertos tipos de plancton. Cuando disminuye, estos organismos pierden la capacidad de desarrollarse, afectando toda la cadena alimenticia marina.
Los científicos usan el nivel de aragonita, una forma de carbonato de calcio, como indicador. Se considera que el planeta entra en la zona de peligro cuando hay una reducción del 20 % en los niveles de aragonita en comparación con la era preindustrial. El estudio más reciente calcula que el nivel promedio global ya se encuentra en una disminución del 17,3 %, con un margen de incertidumbre del 5 %, lo que sugiere que la barrera se ha superado en una porción significativa del océano.
Una "bomba de tiempo" para los ecosistemas
La creciente acidificación tiene consecuencias directas en la biodiversidad marina y en las economías costeras. Steve Widdicombe, director científico del Laboratorio Marino de Plymouth, explicó que “La acidificación no es solo una crisis ambiental; es una bomba de tiempo para los ecosistemas marinos y las economías costeras”. Los efectos incluyen la pérdida de hábitats, alteración de los ciclos biogeoquímicos y reducción de especies clave, lo que compromete tanto la pesca como la seguridad alimentaria de millones de personas.
El informe revela que en 2020, alrededor del 40 % del agua superficial ya había traspasado el límite establecido. En las aguas profundas, la cifra aumenta a un preocupante 60 %. Esto significa que gran parte de la vida marina está en riesgo, ya que muchas especies se desarrollan en capas más bajas del océano, donde el impacto de la acidificación es aún más severo.
¿Cómo fue el estudio de los océanos?
La investigación se basó en un modelo que combinó datos históricos con observaciones modernas y simulaciones. Se utilizaron registros entre los 0 y los 200 metros de profundidad para estimar cómo ha evolucionado la acidez a lo largo de las últimas décadas. Los investigadores compararon los niveles actuales con los valores preindustriales, comprendidos entre 1750 y 1850, para evaluar el grado de alteración.
A diferencia de estudios previos que no consideraban los márgenes de error, este trabajo incluyó incertidumbres tanto en los datos actuales como en los límites críticos definidos por la comunidad científica. Katherine Richardson, profesora de la Universidad de Copenhague, quien lideró un informe en 2023 sobre límites planetarios, señaló que “no es sorprendente que ahora se haya traspasado la barrera, dado el continuo aumento del CO₂ atmosférico”.
El resultado es una advertencia contundente: la acidificación ya no es una amenaza futura, sino una realidad presente que exige acción inmediata.




















