Estudio descubre microplásticos en casi todas las formas de vida: se hallaron en el cerebro humano y alimentos
Investigadores de Brasil y Reino Unido confirman la presencia de microplásticos en el cerebro humano y en alimentos como la cerveza y la miel, poniendo en alerta la salud pública global.
La contaminación por microplásticos ha alcanzado niveles críticos a nivel global. Un reciente estudio reveló que estas diminutas partículas no solo están presentes en los ecosistemas acuáticos y terrestres, sino que también se han detectado en el cerebro humano y en alimentos de consumo diario como la cerveza y la miel. Investigaciones realizadas en Brasil y Reino Unido confirman la acumulación de microplásticos en especies animales y en el cuerpo humano, lo que ha generado preocupación sobre los efectos en la salud pública.
El hallazgo más sorprendente proviene de un estudio en Brasil, donde microplásticos fueron detectados en los cerebros de personas. Además, se identificaron en alimentos tan comunes como la miel y la cerveza, así como en el aire que respiramos, lo que sugiere una exposición masiva a estas partículas contaminantes. Los investigadores instan a tomar medidas urgentes para frenar esta creciente crisis ambiental.
¿Qué son los microplásticos?
Los microplásticos son fragmentos sólidos de plástico que miden menos de cinco milímetros. Se componen de polímeros sintéticos y otros aditivos químicos utilizados para mejorar las propiedades de los productos plásticos. Desde que el término fue acuñado en 2004, los científicos han identificado dos tipos principales: los microplásticos primarios, que se fabrican deliberadamente en ese tamaño para productos como exfoliantes y cosméticos, y los microplásticos secundarios, que se generan a partir de la descomposición de piezas más grandes como bolsas o botellas plásticas.
La contaminación por microplásticos sigue aumentando y se espera que los niveles crezcan hasta 2,5 veces para 2040. Foto: Getty Images
Estas pequeñas partículas pueden ser transportadas a través del agua, el aire y la tierra, lo que facilita su propagación a diferentes rincones del planeta. Hoy en día, se han encontrado desde los polos hasta el ecuador, en lugares como las profundidades oceánicas y la cima del Monte Everest.
¿Cómo amenazan los microplásticos al medio ambiente?
La contaminación por microplásticos representa uno de los mayores desafíos ambientales de las últimas décadas. Según un análisis global publicado en la revista Science, estas partículas se han detectado en más de 1.300 especies de fauna acuática y terrestre, afectando tanto a animales marinos como a aves, insectos e incluso mamíferos.
Los microplásticos se han acumulado en más de 1.300 especies de fauna y flora alrededor del mundo, afectando ecosistemas. Foto: Chris Jordan/BBC
Un caso emblemático es Brasil, donde el proyecto MICROMar ha revelado altos niveles de estos elementos en más de 1.200 playas del país, afectando áreas de preservación ambiental y zonas de gran atractivo turístico, como los Lençóis Maranhenses y el Delta del Parnaíba. El coordinador del proyecto, Guilherme Malafaia, advierte que las regiones más industrializadas y urbanizadas del país, como el sur de São Paulo, presentan niveles críticos de contaminación. Además, en la cuenca del Amazonas, aunque se han detectado microplásticos, solo cuatro países de la región han publicado investigaciones, lo que limita el monitoreo de esta amenaza en una de las mayores reservas de biodiversidad del planeta.
¿Cuál es el impacto de los microplásticos en la salud?
Investigadores de la Universidad de Plymouth, en Reino Unido, han identificado microplásticos en alimentos y bebidas como la miel y la cerveza. Estudios también sugieren que estas partículas pueden acumularse en varios tejidos del cuerpo humano, lo que representa un riesgo latente. En un estudio reciente, publicado en JAMA Network Open, se confirmó la presencia en los cerebros de ocho de quince personas fallecidas en São Paulo.
Este hallazgo ha generado preocupación, ya que la acumulación en órganos vitales podría estar relacionada con efectos negativos en la salud, similares a los observados en experimentos con animales. Los científicos advierten que se necesitan más investigaciones para determinar los riesgos a largo plazo de la exposición humana a estas partículas.
Medidas para frenar la contaminación
La magnitud del problema ha generado un consenso entre los científicos: se necesitan políticas globales para frenar la liberación de microplásticos en el medio ambiente. Se estima que, si no se toman medidas, la cantidad podría aumentar entre 1,5 y 2,5 veces para 2040. Incluso si se lograra detener todas las nuevas liberaciones hoy en día, seguirían aumentando debido a la fragmentación de plásticos ya presentes en el entorno.
A pesar de que las iniciativas para reducir, reutilizar y reciclar son esenciales, los expertos señalan que el problema es complejo y varía según el contexto social, económico y geográfico. En muchos países, la falta de alternativas sostenibles y la resistencia de las industrias plásticas dificultan la implementación de soluciones efectivas. Además, la falta de infraestructura adecuada para la gestión de residuos en muchas regiones agrava la situación.