Ciencia

Estudio de ADN revela la conexión entre Sudamérica y Oceanía: tendrían un parentesco ancestral

Un análisis genético reciente sugiere un vínculo entre los polinesios de Rapa Nui y los antiguos habitantes de Sudamérica, estableciendo un posible contacto entre estos pueblos hace 800 años.

Estudio de ADN revela que los polinesios, tienen ascendencia sudamericana de hace unos 800 años, lo que sugiere un contacto precolombino entre ambas regiones. Foto: Freepik/Pexels
Estudio de ADN revela que los polinesios, tienen ascendencia sudamericana de hace unos 800 años, lo que sugiere un contacto precolombino entre ambas regiones. Foto: Freepik/Pexels

Un estudio genético está reescribiendo parte de la historia del Pacífico, sugiriendo una conexión entre las islas de la Polinesia y Sudamérica. Este hallazgo refuerza la idea de que los navegantes polinesios, conocidos por su dominio del mar, no solo alcanzaron lugares tan remotos como Hawái y Rapa Nui, sino que también podrían haber llegado hasta las costas sudamericanas.

La investigación halló que los habitantes de Rapa Nui, conocida también como Isla de Pascua, tienen pequeñas cantidades de ADN sudamericano, específicamente de la población zenú de Colombia. Esta evidencia refuerza la teoría de que existió un contacto directo entre polinesios y sudamericanos mucho antes de la llegada de los europeos a estas regiones, poniendo en tela de juicio las teorías convencionales sobre el aislamiento geográfico de ambos continentes.

¿Qué sugiera el estudio de ADN?

La investigación, encabezada por Andrés Moreno Estrada, genetista del Laboratorio Nacional de Genómica para la Biodiversidad en México, y su esposa, la antropóloga Karla Sandoval, se basa en el análisis genético de más de 800 individuos de Polinesia y la costa del Pacífico de Sudamérica. Los resultados apuntan a que los polinesios de Rapa Nui comparten fragmentos de ADN con los zenúes, un grupo indígena que habitó lo que hoy es Colombia hace aproximadamente 800 años.

 Se encontraron fragmentos de ADN de la población zenú de Colombia en seis habitantes de Rapa Nui, sin presencia de ascendencia europea. Foto: Pexels

Se encontraron fragmentos de ADN de la población zenú de Colombia en seis habitantes de Rapa Nui, sin presencia de ascendencia europea. Foto: Pexels

Este estudio, publicado tras una década de investigaciones, sugiere que los navegantes polinesios podrían haber viajado hasta América del Sur, llevando consigo a algunos sudamericanos en sus embarcaciones para el viaje de regreso a las islas. Además, se cree que este contacto podría haber facilitado el intercambio de recursos, como el camote, un tubérculo originario de Sudamérica, que se ha encontrado en excavaciones arqueológicas en toda Polinesia.

¿Cuáles son las evidencias genéticas?

El hallazgo de ADN sudamericano en los habitantes actuales de Rapa Nui es uno de los descubrimientos más sorprendentes de este estudio. Se analizaron muestras de ADN de más de 27 isleños, y en seis de ellos se encontró ADN zenú sin ninguna traza de ascendencia europea, lo que descarta la posibilidad de que el contacto haya sido posterior a la llegada de los colonizadores.

 Estudio de ADN revela que los polinesios, especialmente los habitantes de Rapa Nui, tienen ascendencia sudamericana de hace unos 800 años. Foto: MayuruTour

Estudio de ADN revela que los polinesios, especialmente los habitantes de Rapa Nui, tienen ascendencia sudamericana de hace unos 800 años. Foto: MayuruTour

Este tipo de evidencia genética refuerza la hipótesis de un contacto precolombino entre ambas regiones. Los investigadores calcularon que los antepasados sudamericanos de los habitantes de Rapa Nui vivieron hace unos 800 años, lo que coincide con el auge de los viajes en canoas de doble casco por parte de los polinesios. Este contacto podría explicar la presencia de elementos culturales y genéticos compartidos entre ambos pueblos, como el cultivo del camote y otras prácticas agrícolas que los polinesios habrían llevado consigo tras sus viajes.

Controversias sobre el contacto polinesio

A pesar de la fuerza de las evidencias, algunos antropólogos se mantienen escépticos. Lisa Matisoo-Smith, antropóloga biológica de la Universidad de Otago en Nueva Zelanda, ha señalado que la historia de los polinesios es extremadamente compleja, y que estos resultados podrían no ser definitivos. Matisoo-Smith sugiere que se necesita comparar el ADN polinesio con el de otras poblaciones asiáticas para descartar la posibilidad de que los fragmentos genéticos compartidos entre polinesios y sudamericanos provengan de ancestros comunes de ambos grupos en Asia.

 El estudio sugiere que los navegantes polinesios, podrían haber llegado a las costas de Sudamérica. Foto: Jonathan Corum | Source: Nature / NY Times

El estudio sugiere que los navegantes polinesios, podrían haber llegado a las costas de Sudamérica. Foto: Jonathan Corum | Source: Nature / NY Times

Otra línea de debate radica en cómo ocurrió este contacto. Algunos expertos, como Patrick Kirch, arqueólogo de la Universidad de Hawái, creen que los polinesios, ya expertos en viajes largos, podrían haber llegado hasta las costas de Sudamérica. Otros sugieren que los sudamericanos pudieron haber sido llevados por las corrientes hasta las islas polinesias, tal como ocurre en ocasiones actuales con pescadores que son arrastrados por la corriente Ecuatorial del Sur.

Herramientas genéticas redefinen la historia precolombina

Este estudio no solo ofrece una nueva perspectiva sobre el contacto entre Sudamérica y Polinesia, sino que también destaca el avance en las herramientas genéticas utilizadas para estudiar la historia precolombina. Los científicos emplearon técnicas estadísticas avanzadas para medir el tamaño de los fragmentos de ADN compartido entre los polinesios y los zenúes, lo que les permitió estimar con precisión el momento del contacto entre estas dos poblaciones.

El uso de estas nuevas herramientas es crucial para entender mejor cómo se movieron las antiguas civilizaciones a través del Pacífico y cómo sus genes viajaron con ellos. Este avance en la genética permite a los investigadores desenterrar secretos sobre los viajes oceánicos de hace cientos de años, contribuyendo a la comprensión global de las migraciones humanas.