Descubren en el fondo del mar la ‘fábrica natural’ de una sustancia anticancerígena
Tras una búsqueda de 25 años, los científicos han hallado la fuente de este compuesto natural y la fórmula para producirlo en el laboratorio.
Un equipo de investigadores del Hospital de la Universidad de Utah ha identificado en el fondo del mar la fuente de eleuterobina, una sustancia química con propiedades anticancerígenas cuyo origen había sido buscado durante más de 25 años.
Según los autores del estudio, que publicaron sus hallazgos el lunes 23 de mayo en Nature Chemical Biology, esta ‘fábrica natural’ se encuentra en los corales blandos, que abundan en distintas partes de planeta.
Este descubrimiento abre la posibilidad de producir eleuterobina en las grandes cantidades necesarias para pruebas rigurosas y eventualmente desarrollar una nueva arma para combatir el cáncer.
Según estudios de laboratorio, la eleuterobina es un potente inhibidor del crecimiento de células cancerosas. Asimismo, por su capacidad de alterar la estructura celular, los científicos sospechaban desde la década de 1990 que esta propiedad podría ser usada por los corales blandos como defensa contra los depredadores.
Sin embargo, nunca se pudo hallar la sustancia en las cantidades necesarias para el desarrollo de fármacos. La hipótesis más aceptada fue que el compuesto químico era sintetizado por organismos simbióticos que vivían dentro de los corales.
“No tenía sentido. Sabíamos que los corales deben producir eleutherobin”, dijo el científico postdoctoral Paul Scesa, autor principal del reciente estudio.
La búsqueda de la ‘receta’ de eleuterobina
Así fue que se embarcaron en la tarea de demostrar que los corales blandos eran los productores de esa sustancia. Para ello, escogieron muestras vivas de corales blandos de Florida.
Los corales blandos están se ubican a bajas profundidades, en las latitudes medias del planeta. Foto: Red Promar
Lo que hicieron fue buscar las instrucciones para producir eleuterubina en el código genético (ADN) del coral. El problema era que no conocían esas instrucciones. Era como querer encontrar una receta en un libro de cocina sin entender ninguna de las palabras en ese texto.
“Es como ir a la oscuridad y buscar una respuesta donde no sabes la pregunta”, comparó el coautor Eric Schmidt.
Entonces decidieron descartar las regiones de ADN del coral con instrucciones genéticas similares a las que usaban otras especies para producir distintos tipos de compuestos químicos.
Finalmente, cuando aislaron las instrucciones de ADN únicas del coral blando, las usaron en bacterias cultivadas en laboratorio. Así, estos microorganismos lograron replicar las primeras etapas para producir eleuterubina.
De ese modo, no solo demostraron que los corales blandos son la fuente de eleuterobina, sino también que es posible fabricarla en el laboratorio.
Ahora, el equipo está centrado en completar los pasos que faltan en la ‘receta’ de la sustancia y así determinar el método para producir grandes cantidades del potencial fármaco contra el cáncer.
“Mi esperanza es algún día entregarlos a un médico”, afirmó Scesa.