¿Por qué las mujeres son hasta tres veces más propensas a sufrir COVID crónica?
Mientras que los hombres tienden a padecer los síntomas más severos de COVID-19, cada vez más mujeres quedan atrapadas por una forma persistente de esta enfermedad.
Desde que surgieron los primeros reportes de síntomas persistentes de COVID-19, la denominada COVID crónica, los médicos comenzaron a notar una clara tendencia marcada por el género.
Entre mayo y julio de 2020, un análisis de casos de COVID crónica en un hospital de París reveló que la gran mayoría de estos pacientes eran mujeres jóvenes de alrededor de 40 años y superaban en cantidad a los hombres en una proporción de cuatro a uno.
Los posteriores informes de COVID crónica en todo el mundo han indicado hallazgos similares.
La doctora Melissa Heightman, quien dirige la clínica de atención post-COVID-19 del University College London Hospital (Reino Unido), dijo a The Observer que alrededor del 66% de sus pacientes han sido mujeres.
En tanto, un equipo de investigadores revisó las historias clínicas de los pacientes con COVID crónica de la Clínica Mayo (EE. UU.) atendidos entre enero y abril de 2021, y descubrieron que el 75% eran mujeres.
¿A qué se debe que las mujeres sean notablemente más propensas que los hombres a padecer esta forma persistente de COVID-19?
Los expertos comienzan a descifrar las posibles razones.
Citocinas IL-6
Los científicos que estudiaron los casos de COVID crónica de la Clínica Mayo identificaron que los síntomas persistentes más comunes eran fatiga, dolor muscular, mareos y dolor de cabeza, los cuales se asociaban a niveles elevados de citocinas IL-6, unas proteínas producidas por el cuerpo como respuesta a la infección, pero que en el caso de la COVID-19 se han asociado con una mayor inflamación y gravedad.
Las altas concentraciones de IL-6 estaban presentes en el 70% de las mujeres y solo el 40% de los hombres hasta tres meses después de la infección.
Los autores de este estudio preliminar no pudieron determinar por qué este indicador era más recurrente en un género que en otro. Pero el siguiente punto podría revelar la causa.
Reacción a los restos de virus
La inmunóloga Akiko Iwasaki, de la Facultad de Medicina de Yale (EE. UU.), explica que se han descubierto restos o partículas de SARS-CoV-2 en casi todos los tejidos, desde el cerebro hasta los riñones, por lo que algunos fragmentos virales podrían permanecer en el cuerpo mucho después de la infección aguda.
Debido al factor genético, las mujeres poseen una respuesta inmunitaria más sólida que los hombres. Esta ventaja las hace menos propensas a morir por COVID-19, pero también las puede perjudicar si quedan rezagos del coronavirus.
Algunos científicos sugieren que esa potente respuesta inmunitaria de las mujeres las hace más propensas a sufrir oleadas de inflamación crónica en cada parte del cuerpo donde queden partículas virales, lo que conduce a síntomas de dolor, fatiga y confusión mental.
Antes ya se ha demostrado que esta es la causa de que las mujeres sean más propensas a sufrir enfermedad crónica después de una infección.
Enfermedad autoinmune
Probablemente la reacción a los restos de virus no logre explicar todos los casos de mujeres con COVID crónica. Por eso, muchos expertos creen que el virus ha desencadenado una enfermedad autoinmune en estas pacientes.
Recientes estudios han demostrado que la infección por SARS-CoV-2 provoca que un gran número de personas desarrollen anticuerpos que atacan los propios órganos del cuerpo. En ciertos casos, estos autoanticuerpos persistieron después de la infección.
Desde hace varios años, los virus se han relacionado con la aparición de enfermedades autoinmunes, que abarcan desde la diabetes tipo 1 hasta la artritis reumatoide. Todas estas afecciones son mucho más frecuentes en las mujeres.
En Estados Unidos, las mujeres representan el 85% de los casos de enfermedades autoinmunes.
Por su parte, un equipo de científicos sugiere que las reacciones autoinmunes relacionadas a la COVID-19 son más frecuentes en mujeres por el mismo hecho de que su sistema inmunitario ejerce mayor presión sobre la infección.
Futuros estudios ayudarán a identificar qué procesos biológicos vuelven a las mujeres más propensas a sufrir COVID crónica, así como proponer tratamientos específicos para este problema.