Ciencia

Coronavirus: aislamiento social aumenta niveles de ansiedad en adultos mayores

Una investigación en Turquía demostró que las personas mayores de 65 años obligadas a quedarse en casa informaron efectos negativos en su salud mental a largo plazo.

La población de adultos mayores es una de las más afectadas en esta pandemia respecto a la salud mental. Foto: AFP
La población de adultos mayores es una de las más afectadas en esta pandemia respecto a la salud mental. Foto: AFP

Influenciado por los estragos en la salud mental de su padre (70) debido al aislamiento que acababa de anunciar el Gobierno de Turquía, Bilge Erten, profesora asistente de economía y asuntos internacionales en la Facultad de Ciencias Sociales y Humanidades de Northeastern, y sus colegas descubrieron que los síntomas de ansiedad y depresión en personas mayores de 65 años se elevaron en un 10% en comparación con individuos un poco más jóvenes.

Este hallazgo se puede encontrar en un artículo científico multidisciplinario subido a la plataforma de IZA, Instituto de Economía Laboral. En primera instancia, el documento expone los costos referidos a la salud mental tras los confinamientos en Turquía.

Encontramos que la disminución de la movilidad inducida por el toque de queda empeoró sustancialmente los resultados de salud mental, incluidos los síntomas somáticos y no somáticos —físicos y no físicos— de angustia”, expusieron los firmantes del citado estudio.

Los síntomas examinados incluían dolores de cabeza más frecuentes, mala digestión y dificultad para dormir, así como desarrollar sentimientos de infelicidad, llorar con más frecuencia de lo habitual o tener dificultades en hacer actividades cotidianas, según Erten.

Para comprobar las hipótesis sobre los posibles efectos mentales de la pandemia, el equipo de investigación seleccionó y encuestó a 1.909 personas entre los 59 y 70 años de edad.

La mitad de los encuestados tenían entre 65 y 70 años, mientras que el tiempo de vida de los demás se balanceaba entre los 59 y 64. El primer grupo precisó haber experimentado más dificultades en pandemia.

Erten manifiesta que su artículo es uno de los primeros que vincula el aislamiento social con un declive en la psique. “La mayoría de los estudios anteriores a este solo documentan cómo la angustia por la salud mental cambia con el tiempo”, añade.

Por otro lado, de acuerdo con la experta, aún falta estudiar las consecuencias a largo plazo de una alta exposición del cerebro a las implicancias del coronavirus.

“Nuestro objetivo a largo plazo es observar los efectos de los pedidos para quedarse en casa durante un período de dos a tres años”, enfatizó.

Erten había propuesto que, tal vez, la ansiedad y la depresión se deben a consideraciones estresantes, como la incapacidad de trabajar, problemas económicos o conflictos familiares; sin embargo, estos escenarios no prevalecieron en el grupo etario de 65 años o más.