Puede haber una pequeña galaxia atrapada en el centro de la Vía Láctea
Astrónomos observaron que un grupo de estrellas en esta región son muy diferentes a las demás y se mueven de otra forma.
El centro de la Vía Láctea, nuestra galaxia, destaca por su potente brillo. En esta región cósmica, decenas de millones de estrellas cercanas entre sí se mueven alrededor de un gran agujero negro. Esta gran población de astros conforma el Cúmulo Estelar Nuclear (NSC, por sus siglas en inglés).
Las nuevas observaciones de un equipo de astrónomos revelan que alrededor del 7% de estrellas dentro de este cúmulo se mueve más rápido que las demás y lo hacen en un eje diferente. Además, tienen una composición muy pobre en metales en comparación con el resto. El estudio, publicado en The Astrophysical Journal Letters, sugiere que este hallazgo es evidencia de que la gravedad del centro de nuestra galaxia atrapó otro cúmulo de estrellas o una galaxia enana.
“Este descubrimiento muestra que al menos parte de nuestro cúmulo de estrellas nucleares debe haberse formado a partir de cosas que caen (en esta región)”, dice Tuan Do, autor principal de la investigación, citado por Science News.
En otro estudio realizado por el mismo equipo, analizaron a fondo los posibles orígenes de esta misteriosa población estelar. El escenario más probable indica que un gran cúmulo de estrellas, formadas a pocos miles de años luz del centro galáctico, se acercó mucho a esta densa región y cayó en espiral dentro de ella debido a la intensa gravedad.
La otra posibilidad, que aún no pueden descartar, es que una galaxia enana ubicada a una distancia máxima de 320.000 años luz sufrió el mismo proceso y terminó atrapada en el centro de la Vía Láctea. Esta no sería la primera vez que nuestra galaxia devora a otra, ya que otras investigaciones revelaron su pasado de canibalismo cósmico.
Vía Láctea. Foto: NASA/ Representación artística
“Este descubrimiento puede ser la ‘prueba definitiva’ de que la Vía Láctea ha ido acumulando cúmulos de estrellas o galaxias enanas durante su vida. Su pasado fue mucho más activo de lo que pensábamos anteriormente”, comenta en un comunicado Alessia Gualandris, coautora de ambos artículos.
Sea cual sea la hipótesis correcta, determinaron que dicho evento ocurrió hace 3.000 a 5.000 millones de años. “Es notable cómo estas nuevas observaciones del NSC pueden revelar tanto sobre la historia de toda la galaxia”, añadió Do.
Con futuras observaciones, el equipo espera resolver el enigma que se esconde en el corazón luminoso de nuestra galaxia.