El hallazgo que determinó que los monos eran las mascotas de egipcios y romanos hace 2.000 años
Un descubrimiento sin precedentes ocurrió en el Puerto Berenice de Egipto. Investigadores insisten que es único y afirman que no hay registro escrito sobre la práctica de los egipcios y romanos.
En el año 2016, expertos hallaron esqueletos de monos en un cementerio de animales en el Puerto Berenice, en el Mar Rojo (Egipto). Estiman que tengan más de 2.000 años de antigüedad.
Los investigadores presumen que los monos eran tratados como mascotas domésticas por egipcios y romanos, porque era común que transitaran por el puerto donde importaban los animales desde India.
De acuerdo a un reporte publicado por Daily Mail, las comparaciones óseas de los esqueletos hallados en el cementerio de animales coinciden con la misma especie que vivía en el país asiático.
El equipo de investigación que intervino describió que los esqueletos estaban en posiciones de niños dormidos, decorados con conchas y otros estaban cerca de gatos momificados.
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Se presumen que los esqueletos eran de monos jóvenes, debido a que sus muertes fueron´por la incapacidad de los animales de adaptarse a nuevos hogares y a la falta de alimentación.
Una serie de estudios determinó que el descubrimiento de los huesos no pertenecían a una supuesta especie nativa. El equipo determinó que los animales habían llegado de India.
“Creemos que los influyentes romanos que vivían en Berenice querían hacer su tiempo agradable en compañía de varios animales”, señaló la profesora Marta Osypińska, zooarqueóloga de la Academia de Ciencias de Polonia.
El descubrimiento de 2016 es catalogado como histórico y único debido a que no se ha registrado uno igual como es el hallazgo de monos indios en el continente africano.
“Este es un hallazgo único. Hasta ahora, nadie ha encontrado monos indios en los sitios arqueológicos de África. Curiosamente, incluso las fuentes escritas antiguas no mencionan esta práctica”, dijo Osypińska.
Sin embargo, los monos no gozaron de muchos años de vida en Egipto por falta de adaptación, falta de fruta fresca y nutrientes necesarios.