Determinan que Marte tuvo un anillo en el pasado y probablemente ‘regrese’
La inusual órbita que posee Deimos, uno de los satélites que rodean al planeta rojo, solo puede ser explicada por la preexistencia de un anillo, concluyen expertos.
Astrónomos del Instituto SETI y de la Universidad de Purdue (Indiana) hallaron una nueva evidencia de que Marte tuvo un anillo en el pasado. De acuerdo con los investigadores, esto se explica en la inusual órbita de Deimos, uno de los satélites que rodean al planeta.
En 2017, la hipótesis fue planteada por David Minton, catedrático en Purdue, y su entonces alumno graduado, Andrew Hesselbrok. Tras retomar la idea y evaluar nuevos sustentos, la científica Matija Ćuk lideró un estudio con ayuda de ambos y reveló un nuevo argumento.
“El hecho de que la órbita de Deimos no esté exactamente en el plano con el ecuador de Marte no se consideró importante [en aquel momento], y a nadie le importó tratar de explicarlo”, señala Ćuk.
Sin embargo, "una vez que tuvimos una gran idea nueva y la miramos con nuevos ojos, la inclinación orbital de Deimos reveló su gran secreto”, continúa.
Los astrónomos, reseña la página de SETI, creían antiguamente que las dos lunas de Marte, Phobos y Deimos, no eran más que asteroides capturados. Sin embargo, la actual investigación expone que sus peculiares recorridos no son casuales y son la prueba de algo más.
Ambos satélites tienen órbitas casi en el mismo plano que el ecuador de Marte, lo cual indica que pudieron haberse formado al mismo tiempo que el planeta rojo. No obstante, Deimos posee una trayectoria inclinada de dos grados.
Dicho detalle, sostienen los astrónomos, solo pudo haber sido causado por el movimiento "hacia afuera” de Deimos, lo cual habría sido propiciado por un anillo que “empujó una luna interior”.
Los colaboradores de Ćuk indican que la gravedad de Marte ha provocado durante miles de millones de años generaciones de lunas marcianas que fueron destruidas y convertidas en anillos. Es decir, cada anillo dio lugar a un nuevo satélite más pequeño.
Este ciclo se repite cada cierto tiempo, por lo que es posible incluso que Marte vuelva a tener un anillo.
“Una luna que migra hacia afuera, justo afuera de los anillos, puede encontrar una llamada resonancia orbital, en la cual el período orbital de Deimos es tres veces mayor que el de la otra luna”, detalla Ćuk.
Los científicos se encuentran convencidos, además, de que la luna que provocó a Deimos pudo ser veinte veces más masiva que Phobos. Sospechan que fue su “abuelo”, de hace más de tres mil millones de años.
Este antecesor posteriormente se desintegró y se convirtió en un anillo. El ciclo se repitió dos veces más hasta llegar al Phobos que conocemos hoy en día.