Aunque el dióxido de cloro no es un tratamiento o “cura milagrosa” para la COVID-19, todavía hay personas que lo presentan así en conversaciones familiares, redes sociales e, incluso, en medios de comunicación.
La médica cirujano Rita Denegri dijo en entrevistas para Cuarto Poder y Willax, entre otras cosas, que el dióxido de cloro (CDS) es tóxico cuando se inhala y no cuando se toma. Además, aseguró que no se ha presentado ninguna muerte por ingerir este compuesto en 100 años. Ambas afirmaciones son falsas.
Es falso que “el dióxido de cloro es tóxico cuando se inhala, no cuando se toma”
La historia del dióxido de cloro data desde 2006, cuando el ingeniero (no médico) estadounidense Jim Humble —quien afirma ser un ente de 1.000 millones de años de Andrómeda— publicó un libro, de manera independiente, en el que promocionaba una “cura milagrosa” para la malaria. Así, denominó a la solución de clorito de sodio como un suplemento mineral milagroso (MMS por sus siglas en inglés).
Además de él, las figuras más conocidas a nivel mundial son el agricultor Josep Pàmies, quien ha sido multado por más de 720.000 euros en tres instancias por promocionar este brebaje, y el alemán Andreas Ludwig Kalcker, quien se presenta como ‘doctor en medicina alternativa y física natural’, aunque su título no sea reconocido por ningún Estado.
Este último popularizó el CDS o protocolo de dióxido de cloro, el cual es un gas de uso industrial y no está aprobado para consumo humano, como hemos explicado en estas verificaciones de agosto (1), (2) y (3); julio; junio y mayo.
Diversos estudios contradicen la afirmación de Rita Denegri y ponen en manifiesto que el dióxido de cloro sí es tóxico cuando se ingiere.
En el 2009 se publicó un estudio en la revista Clinical Toxicology en el que se evidenciaban efectos adversos de hemólisis severa en casos pediátricos debido al consumo de dióxido de cloro. Así también, la Administración de Alimentos y Medicamentos de los EE. UU. (FDA, por sus siglas en inglés) advirtió este año que una empresa comercializaba productos con dióxido de cloro para la prevención y el tratamiento de la COVID-19 y recomendó a los ciudadanos no ingerir este producto debido a su toxicidad.
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En el Perú, el Ministerio de Salud emitió un comunicado en julio de este año en el que señaló los riesgos de consumir productos que contengan dióxido de cloro y/o clorito de sodio. De este modo, emitió un listado de efectos adversos potencialmente mortales que se presentaron luego del consumo de CDS:
Como señaló en una anterior ocasión para Verificador el médico oncólogo Juan Carlos Samamé, el dióxido de cloro puede convertirse en un tipo de lejía dentro del organismo, lo que puede causar la ruptura de la mucosa digestiva y ocasionar, incluso, quemaduras o úlceras. En ese sentido, la médica oncóloga Denisse Bretel no descartó la posibilidad de que generara toxicidad aguda o toxicidad crónica en pacientes con cáncer.
Verificador también consultó con Alfonso Apesteguía, director del Centro de Información, Control Toxicológico y Apoyo a la Gestión Ambiental (CICOTOX) de la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la UNMSM, quien advirtió sobre los niveles de toxicidad del hipoclorito de sodio y el dióxido de cloro (CDS).
El toxicólogo señaló que las dosis que promueven algunos defensores del CDS para tratar la COVID-19 es de 20 a 40 miligramos por litro, que supera ampliamente el límite establecido por la Autoridad de Protección Ambiental: 0.8 miligramos de dióxido de cloro por litro de agua (mg/L). Las consecuencias de esta sobredosis pueden ser deficiencia respiratoria o metahemoglobinemia, afirmó Apesteguía.
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Otros países que han advertido acerca de los peligros por el consumo de este producto son Argentina, Colombia, Chile, España, Costa Rica y diversos países de Europa.
Al respecto, nos comunicamos con el médico investigador y editor científico Percy Mayta Tristán, quien afirmó que existen reportes de médicos de diferentes partes del país que “tienen información de casos de insuficiencia renal aguda e insuficiencia hepática, donde el único antecedente que se tiene es que (los pacientes) han consumido dióxido de cloro”.
Esta información también se presentó hace unos días, cuando un informe de El Búho reveló que el 30% de pacientes hospitalizados en el hospital Honorio Delgado de Arequipa consumió dióxido de cloro.
Es por ello que los médicos, según manifestó el Dr. Mayta Tristán, están sistematizando información acerca de cuántos pacientes con COVID-19 grave que han sido hospitalizados tienen antecedentes de haber consumido dióxido de cloro. “Si dicen que es preventivo o ayuda, no tiene ningún sentido que haya pacientes que estén consumiendo eso y que estén graves”, señaló el médico investigador.
Asimismo, resaltó que actualmente hay un proyecto de estudio donde se está evaluando la relación causal que podría tener el consumo de dióxido de cloro con la muerte. “Hay testimonios de médicos que (afirman que) aquellos pacientes que han consumido dióxido de cloro les va peor y mueren más que aquellos que no lo consumieron. Eso está aún en estudio”.
Otra de las declaraciones que dijo Rita Denegri fue que existe un interés de grandes farmacéuticas y laboratorios por las patentes de los medicamentos y que por ello no se realizan estudios que demuestren la eficacia del CDS.
Esa información es imprecisa. Si bien los laboratorios pueden realizar investigaciones que evidencien la eficacia de los medicamentos que quieren sacar al mercado, esto no exime a que los investigadores realicen estudios de medicamentos de patentes libres.
De hecho, como señala el Dr. Percy Mayta Tristán, “las intervenciones que han funcionado a la fecha no tienen patentes. Uno es el oxígeno, dos es la dexametasona y lo que se ha venido usando (para la COVID-19), por ejemplo ivermectina, tampoco tiene esa protección (de patente)”. Además, aclaró que la mayoría de los investigadores peruanos no están ligados a farmacéuticas.
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Asimismo, manifestó que para realizar una investigación que demuestre que el dióxido de cloro pueda servir en humanos (fase 3), como plantean algunos médicos y políticos, primero se debe pasar por la fase 1 y 2, donde se evalúa la seguridad y efectos en seres vivos. Solo en casos en que los medicamentos sean conocidos, se puede pasar a la fase 3, porque ya hay estudios previos que han demostrado que es inocuo. Sin embargo, en el caso del dióxido de cloro estos no existen.
“El dióxido de cloro es una lejía, en el sentido amplio de la palabra para todos esos derivados de cloro. Es un desinfectante. El único estudio químico conocido para el dióxido de cloro es uno en para halitosis; es decir, para mal aliento, como enjuague bucal, no para consumo”, finalizó el médico investigador.
* Intentamos contactarnos con la médica Rita Denegri, pero hasta el cierre de esta nota no contestó a nuestras llamadas ni mensajes.
Es falso que el dióxido de cloro (CDS) sea tóxico solo cuando se inhala. Estudios que datan desde antes de la pandemia por la COVID-19 han demostrado lo contrario. Además, en el contexto actual, pacientes con COVID-19 que han sido hospitalizados por complicaciones como insuficiencia renal o hepática tienen como único antecedente haber consumido CDS. Los médicos evalúan la relación entre el consumo de esta sustancia y la muerte.
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