Una publicación de Facebook reportaba que el exdecano del Colegio Químico Farmacéutico Carlos Esteban Cacha rechazó que el dióxido de cloro sea peligroso porque “se utiliza en el agua potable que tomamos todos los días”.
Supuestamente, “señaló que el Gobierno estaba confabulado con las industrias farmacéuticas” y que el Ministerio de Salud “emitía prohibiciones sin investigar”, ya que, “no había un estudio científico comprobado” que demostrara la peligrosidad del dióxido de cloro. El post del 25 de julio fue compartido unas 296 veces en Facebook.
Publicación aseguraba que el dióxido de cloro había "salvado muchas vidas", lo cual no está probado.
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La fuente del post era una entrevista de Best Cable Casma a Carlos Esteban Cacha, emitida en vivo el 24 de julio en Chimbote, Áncash.
CIERTO: ”El dióxido de cloro es utilizado en el agua que todos consumimos diariamente”
El químico farmacéutico explicó que el dióxido de cloro era utilizado por SedaChimbote (empresa de saneamiento) para potabilizar el agua porque a ciertas concentraciones, “elimina virus y bacterias”.
Sin embargo, no tomó en cuenta que el dióxido de cloro no funciona de la misma manera en el agua que en personas.
Para una verificación anterior sobre el gas que actualmente se usa como desinfectante de agua, edificios y materiales de laboratorio —según la Agencia para Sutancias Tóxicas y el Registro de Enfermedades y un informe de la Organización Mundial de la Salud— el decano del Colegio Químico Farmacéutico del Perú, Marcial Torres, confirmó que un porcentaje mínimo de iones de cloro se usa para librar el agua de microorganismos y bacterias.
Pero, Marcial Torres aclaró que el cuerpo humano, un organismo vivo y complejo, emitía una respuesta diferente al agua ante el estímulo que significaba consumir dióxido de cloro.
En ese sentido, la química y profesora de la Universidad Católica de Chile, Bárbara Herrera, explicó a AFP Factual que esta molécula oxidaba las membranas de los patógenos y también las de nuestro sistema respiratorio.
Además, de acuerdo a Herrera, “los átomos de oxígeno del dióxido de cloro no llegarían a los alvéolos pulmonares para purificar la sangre”. Zanjó que para eso requeríamos de “oxígeno gaseoso”.
Además, el químico farmacéutico Erick Cóndor explicó para otra verificación que el dióxido de cloro “causaba irritación” en el organismo.
ENGAÑOSO: “Dióxido de cloro no es peligroso”
Según la Universidad Internacional del Ecuador no está probado que una baja concentración del dióxido de cloro sea beneficioso para seres humanos y, por el contrario, cantidades relativamente altas pueden ser dañinas.
“Si es que, en efecto, bajas concentraciones de dióxido de cloro son ingeridas y la mayoría se convierte en cloruro, sería difícil asegurar que se mantienen las actividades bactericidas y antivirales después de ingerir dióxido de cloro, pero aún no hay estudios en humanos que puedan comprobarlo”, explicó en su plataforma sobre la COVID-19. “Y cantidades moderadamente altas de los metabolitos clorito y clorato pueden causar efectos adversos”, concluyó.
Ingerir cantidades altas de clorito y clorato sí pueden causar efectos adversos, de acuerdo a la Agencia para Sustancias Tóxicas y el Registro de Enfermedades, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y la Asociación Toxicológica Argentina. Incluso, Salud con lupa, basándose en información de EFE, registró casos de intoxicación en Bolivia.
Además, un comunicado de la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) afirmó que beber productos a base de dióxido de cloro “puede causar náuseas, vómito, diarrea y síntomas de deshidratación severa”. En esta verificación desarrollamos los efectos adversos.
Tampoco hay pruebas de su inocuidad. De los dos estudios realizados en humanos, el de 1982 concluyó en que no había impacto clínico sobre el bienestar médico. “Dentro de las conclusiones del estudio se plantó la posibilidad que el uso crónico puede provocar los efectos negativos”, comentó la plataforma de la Universidad de Ecuador.
El segundo estudio, titulado “Determinación de la efectividad del dióxido de cloro oral en el tratamiento de COVID-19″, debía culminar en junio del 2020. Sin embargo, no se han publicado las conclusiones hasta fines de julio.
Falso: “El uso del dióxido de cloro (...) viene salvando muchas vidas”
“Tengo un precedente, que es Seda Chimbote, y también tengo otro precedente que es el tema de los médicos, farmacéuticos y tecnólogos en serranía, de Huancayo, creo, experimentaron de manera científica (...)”, afirmó Esteban Cacha durante la entrevista.
El uso del dióxido de cloro como desinfectante y para potabilizar el agua está demostrado. Pero eso no significa que va a actuar de la misma manera en humanos.
“Estamos hechos de células y tejidos que pueden ser ‘atacados’ y ‘oxidados’ por el dióxido de cloro si es ingerido. Como es un oxidante tan fuerte (y exactamente por eso es tan eficaz contra bacterias y virus en superficies), el dióxido de cloro no discrimina entre un virus y nuestras células, ataca todo (...) y su ingestión puede causar problemas renales y otras enfermedades”, escribió la química y MSc en Ciencias Geológicas Brenda D’Acunha, en el documento en línea “Desmintiendo el dióxido de cloro o MMS”, compartido por Científicos.pe en Twitter.
Además, comentó que los testimonios no constituían pruebas científicas para validar la utilización del dióxido de cloro. Para ello, un estudio requería un experimento bien realizado, una revisión por pares y ser sometido al escrutinio de la comunidad científica. Incluso aunque tuviera éxito, un solo estudio no bastaría.
No encontramos estudios en Huancayo sobre su uso en humanos, pero sí una tesis titulada “Efecto desinfectante del dióxido de cloro en la carga microbiana de Huacatay (Tagetes elliptica) y rocoto (Capsicum pubescens) para la elaboración del queso aromatizado”, presentada para obtener el título de Ingeniera en Industrias Alimentarias, en la que se dio cuenta de la disminución de bacterias aerobias mesófilas, E.coli y coliformes en esos alimentos, usando 0,8mL de dióxido de cloro por litro de agua durante 15 minutos.
La Dirección Regional de Salud de esa zona (Diresa Junín) recomendó a través de un comunicado no utilizar el dióxido de cloro. “Se está aprovechando la crisis social y mental en la que estamos, para ver cómo nos curamos y experimentamos con todo. Hasta el momento, no se ha reconocido al dióxido de cloro como tratamiento y tampoco está certificado científicamente, por el contrario, su consumo puede generar esofagitis, trastornos gástricos, trastornos cerebrales, insuficiencia respiratoria, insuficiencia hepática, ritmos cardíacos anormales, entre otros”, dijo Luis Zúñiga Villacresis, Director de Epidemiología del ente.
Es cierto que el dióxido de cloro se utiliza para potabilizar el agua de consumo humano. Sin embargo, no se puede concluir, a partir de ese hecho, que sea seguro ingerirlo. Por lo tanto, esa afirmación es engañosa. De otro lado, no hay pruebas de que venga “salvando muchas vidas”.