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Emprendedor sorprende al vender el emoliente más grande del Perú y usuarios afirman: "Pesa una tonelada"

Don Claudio Iglesias lleva 4 décadas vendiendo emolientes. Aunque en un principio los preparaba a base de linaza y cebada, la experiencia le hizo innovar con fusiones de frutas y plantas, bebidas que se han convertido en las preferidas de sus clientes en Barranco. En esta nota de redes sociales, te contamos su historia.

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Don Claudio se ha convertido en un emblema en Barranco con sus poderosos emolientes. Foto: La República/Rosario Rojas | Rosario Rojas - URPI

El emoliente es una de las bebidas tradicionales más consumidas en el Perú. No hay una temporada especial para que se disfrute de un vaso de este riquísimo y poderosísimo brebaje: con un intenso frío o un agobiante calor, los peruanos lo beben con gratísimo gusto, tal como lo explica a La República, Claudio Iglesias, un emprendedor con más de 40 años de experiencia que se ha convertido en el favorito de los vecinos de Barranco.

Don Claudio innovó con los emolientes medicinales

Don Claudio es uno de los vendedores que ha innovado y aprovechado el gusto de sus clientes por esta fantástica bebida, que tiene, según dijo, propiedades diuréticas, desinflamantes y digestivas.

A su puesto llegan decenas de clientes para probar sus brebajes con poderes curativos, según explicó don Claudio Iglesias. Foto: La República/Rosario Rojas

Desde su juventud, don Claudio vendía con sus tíos los clásicos emolientes hechos a base de linaza, cebada y cola de caballo. Sin embargo, con los años, logró aprender los secretos medicinales mejor guardados de este elixir.

“Con el tiempo, tuve que modernizarme y convertirse en emprendedor”, afirmó Iglesias. De este modo, hoy en día, sorprende a los barranquinos y a los turistas de diferentes partes del mundo que llegan a conocer las hermosas calles o casonas emblemáticas del distrito. No obstante, lo que ha acaparado las miradas de sus clientes y hasta de los usuarios en las redes sociales que han visto varios de sus videos es el generoso tamaño de sus vasos.

A su puesto llegan decenas de clientes para probar sus brebajes con poderes curativos, según explicó don Claudio Iglesias. Foto: La República/Rosario Rojas

¿Cómo nació la idea de servir en vasos de 1 litro?

Como reveló este emprendedor peruano, “la idea de los enormes vasos nació desde que los clientes exigían yapa y, para evitar que me sigan pidiendo, opté por los vasos de un litro”. Además, otro de los motivos que lo ha convertido en la estrella de los emolientes es que los prepara al gusto del cliente. Por ejemplo, algunos de sus caseros atraviesan por diversas enfermedades a los riñones, hemorroides o colon, y encuentran en el puesto de Claudio una solución para sus males, y lo que es mejor a base de plantas naturales.

Emprendedor peruano ofrece una amplia variedad de emolientes

Hay emoliente con frutas, tradicional, con maca, y si quieren un preparado especial se hace para el colón o la próstata. Si alguno le falta energía, se le prepara un energizante para que estén fortachones o una limpieza estomacal para los que sufren de parásitos”, manifestó el vendedor.

A su puesto, llegan decenas de clientes para probar sus brebajes con poderes curativos, según explicó don Claudio Iglesias. Foto: La República/Rosario Rojas

Su gusto por la medicina natural nació desde que era niño y decidió transformarlo para el bienestar de las personas. “Muchos venden emoliente de un sol, pero son suaves. En cambio, estos emolientes de un litro son más consistentes y más sabrosos, porque están cargados de muchas plantas y frutas”, remarcó el emprendedor.  

Cada vaso de emoliente simple los ofrece al módico precio de 2, 3 o 5 soles; y si alguno quiere un preparado especial puede llegar a pagar hasta los 10 soles. Si deseas probar estos exquisitos y generosos emolientes, don Claudio te espera en la esquina de la cuadra 3 de la calle Carlos Arrieta, en Barranco.

Usuarios señalan que el vaso "pesa una tonelada"

Los usuarios de TikTok, fieles a su estilo, cuando ven un video curioso no tardan en dejar sus divertidos comentarios. "El vaso pesaba una tonelada" o "Antes de los 30 tomaba ese litro de cerveza, ahora solo emoliente", se lee.