El colapso es evidente: el jueves debió transmitirse una entrevista a Jeremy Piven grabada el lunes para ‘The Late Show’. Su transmisión fue cancelada. El jueves fueron cancelados también los acuerdos de colaboración entre Warner Bros y el productor y director Brett Ratner y su compañía RatPac (poniendo en jaque la producción de casi 60 películas). Y CAA, la agencia más poderosa del mundo, anunció el jueves que cancelaba su contrato de representación con Kevin Spacey. Piven, Ratner y Spacey han sido acusados de diversos tipos de acoso sexual y abuso en los últimos días. El jueves, en una larga entrevista publicada por Vanity Fair, mi compañera en el filme 30 Beats, Paz de la Huerta, reveló que Harvey Weinstein (hasta hace muy poco, uno de los hombres más poderosos de Hollywood) abusó sexualmente de ella hasta en dos oportunidades. Por ello, la policía y la fiscalía de Nueva York han iniciado una investigación que muy probablemente llevará a Weinstein ante el juez. De entre la larga lista de denuncias contra Weinstein por acoso y abuso, la de Paz podría ser la que construya el caso para la fiscalía. Quizás estemos presenciando el fin de la cultura del abuso: la vergüenza, el miedo y el dolor se traslada de los sobrevivientes a los abusadores y una luz de esperanza se abre paso hacia el futuro. Es fundamental reconocer que esto es fruto de una larga lucha cuya bandera es el feminismo, es decir, la incansable batalla por un mundo en equidad.❧