beatos. Miguel Tomaszek, Zbigniew Strzalkowski y Sandro Dordi fueron asesinados por Sendero Luminoso en 1991 por su amor a Dios y a las comunidades pobres de Pariacoto y Santa.,Lindberg Cruzado Chimbote El Perú y América Latina ya tienen sus primeros santos mártires: los sacerdotes Miguel Tomaszek, Zbigniew Strzalkowski y Sandro Dordi, asesinados por Sendero Luminoso en 1991 por compartir el evangelio de Jesucristo y trabajar por las comunidades pobres de Pariacoto y Santa, en Áncash. El cardenal Ángelo Amato, prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos y representante del papa Francisco, dio lectura de la carta apostólica que declara la beatificación de estos tres siervos de Dios que derramaron su sangre como testigos de la esperanza. “Miguel, Zbigniew y Sandro Dordi, mártires, fieles, probados en la caridad y en la justicia evangélica, ofreciendo incluso el don de su vida por amor a los hermanos, desde ahora en adelante serán llamados beatos y se pueda celebrar su festividad, de los padres de Pariacoto el 9 y del sacerdote de Santa el 25, para los tres en el mes de agosto de cada año”, pronunció. Mientras el cardenal Amato leía en latín la carta apostólica firmada por el papa Francisco, miles de personas de diferentes partes del mundo alegres aplaudían y celebraban la proclamación de los primeros mártires de la fe del Perú y América Latina en el estadio de Chimbote. En el escenario se develó la gigantografía con la imagen de los nuevos beatos ante la mirada conmovedora de los familiares y hermanos de la fe de los sacerdotes Miguel, Zbigniew y Sandro Dordi, que llegaron de Polonia e Italia a Chimbote para participar de este evento religioso mundial. “La Iglesia de Dios que peregrina en el Perú da gracias al sucesor del apóstol Pedro, su Santidad, el papa Francisco, por la beatificación de estos tres mártires de la fe y la caridad que derramaron su sangre como testigos de la esperanza”, pronunció el obispo de Chimbote, monseñor Ángel Francisco Simón Piorno. El cardenal Ángelo Amato dijo al pueblo católico y al mundo entero que la beatificación de estos tres hombres de Dios transmite tres mensajes: de la fe, la caridad y fidelidad de la vocación cristiana. “Los santos mártires superaron las dificultades, los tres confiaron en la providencia divina, demostraron el amor a Jesús y al prójimo. En 1991 asistieron a muchos pacientes que sufrieron del mal del cólera que atacó ese año a Chimbote (y causó vidas humanas), enseñaron en el campo a la crianza de animales, en el cultivo de la tierra, no tuvieron enemigos, fueron muy queridos en sus comunidades, ofrendaron su vida por los demás, pudieron escapar, pero se quedaron con su pueblo”, recordó. Los padres Miguel y Zbigniew fueron asesinados el 9 de agosto de 1991 a las ocho de la noche por guerrilleros de Sendero Luminoso que los secuestraron en Pariacoto. Cuando eran llevados al martirio, Zbigniew dijo: “Miguel, ponte fuerte, sé valiente” y se pusieron a rezar. El 25 de agosto de ese mismo año el sacerdote Sandro Dordi fue asesinado de tres disparos en el rostro cuando regresaba de celebrar un bautizo en la localidad de Vinzos, en el valle del Santa. “Veinticuatro años después sus muertes no fueron en vano, hoy miles de misioneros, obreros de Dios, imitamos esa entrega al servicio de Dios y de los demás”, mencionó monseñor Simón Piorno. Una fiesta por la paz La ceremonia de beatificación fue también una fiesta por la paz, miles de personas se congregaron en el estadio de Chimbote para pedirle a los santos mártires que no haya más derramamiento de sangre inocente en el mundo. A la beatificación de los santos mártires llegaron ministros de Estado, congresistas, autoridades de la Embajada de Italia y delegaciones de Paraguay, Colombia, Brasil, Ecuador, Polonia y España.