Son 20 años desde que ocurrió un verdadero milagro en el submarino Pacocha. Era 1988, cuando la nave colisionó con un barco japonés y comenzó a hundirse. Ingeniero Massarotti reunió testimonios de los sobrevivientes. Son 20 años desde que ocurrió un verdadero milagro en el submarino Pacocha. Era 1988, cuando la nave colisionó con un barco japonés y comenzó a hundirse. Los sobrevivientes narraron después que cuando estaban a 15 metros de profundidad –lo que significa una presión de 3.8 toneladas– uno de los tripulantes invocó la ayuda de la beata croata María Petkovic y logró cerrar la escotilla del submarino. Este hecho fue considerado "humanamente imposible". Simplemente, un milagro. Por este hecho sin explicación María Petkovic fue beatificada por el Papa Juan Pablo II el 6 de junio del 2003. Ese mismo día, por el internet, Christopher Massarotti, un norteamericano de Colorado, leyó un artículo al respecto e inició una investigación, que ha concluido –tras cuatro años– en un documental de hora y media. ¿Por qué lo hizo si no es un productor de películas sino un ingeniero electricista? Responde que se interesó en este hecho porque es un milagro técnico. "Comencé mi investigación como un devoto católico cualquiera y por que este es un milagro-técnico poco común, ya que salvó muchas vidas". En la filmación, dijo, los sobrevivientes cuentan cómo cambiaron sus vidas y se acrecentó su fe. La difusión del documental la anunciarán en unas semanas. OCHO MURIERON El submarino Pacocha se hundió con 52 hombres la noche del 26 de agosto de 1988. Chocó con el atunero japonés Kyowa Maru. Investigaciones posteriores demostraron que una negligencia de la nave japonesa originó el desastre. Fallecieron ocho marinos, entre ellos el comandante de la nave, el capitán de fragata Daniel Nieva Rodríguez. Tras la colisión Nieva subió a la torre a cerrar la escotilla que estaba abierta. Luego de asegurarla, el agua entró con tanta fuerza que lo estrelló contra los tubos dentro de la torre y falleció, pero salvó a sus hombres. 25 marinos se dirigieron al compartimento de torpedos, abrieron la escotilla y se lanzaron al mar. Solo 21 fueron rescatados con vida. En la nave quedaron 22 hombres, rescatados luego con buzos. SIN PENSIÓN Apoyo. Los sobrevivientes reciben una pensión de la Marina, pero no fueron indemnizados por la institución ni por los dueños de la nave japonesa. El submarino luego fue reflotado por la Marina.