
María Isabel es una madre peruana que ha dejado todo atrás para salvar a sus hijos; Walter, diagnosticado con un raro y agresivo tipo de cáncer, y José, quien muestra lesiones tempranas de la misma enfermedad. Su historia comienza en enero de 2021, cuando Walter empezó a sentir fuertes dolores en la pierna. Entonces, luego de muchos estudios, los especialistas determinaron la presencia de un tumor de 18 centímetros. Tras un largo viaje por hospitales en Chiclayo y Lima, donde recibió diagnósticos errados, finalmente se descubrió que Walter tenía un raro tipo de cáncer llamado adamantinoma fusocelular, resistente a la quimioterapia y radioterapia.
Durante meses, mientras enfrentaban trámites médicos que se prolongaban sin una solución clara en diferentes centros médicos del país, la salud emocional y física de Walter se deterioraba. Ante el avance del tumor y la desorganización del sistema de salud, según indica María Isabel, su confianza en las autoridades disminuía. Incluso, en una ocasión, dado que le negaron el alta en uno de los establecimientos médicos a los que acudió, tuvo que salirse. "Mi hijo vivia todos los días con morfina, porque el dolor era demasiado", recuerda. Así, luego de esta última experiencia, tomó una decisión difícil pero firme: viajar a Estados Unidos en busca de una segunda opinión médica y la posibilidad de tratamiento especializado. Ahora, se encuentra pidiendo la colaboración de todos para continuar financiado los gastos médicos de sus menores hijos.
El camino hasta obtener un diagnóstico certero para Walter fue largo y dejó a María Isabel con mas confusiones que certezas. "En un primer momento, no daban con el resultado, así que le hicieron ocho pruebas más. En una primera prueba genética, me dijeron que mi hijo tenía sarcoma sinobial y que le van a hacer 25 radioterapias y 12 quimioterapias", recuerda. Sin embargo, luego de pagar S/3.000 por la primera quimioterapia, solicitó a los médicos realizar una nueva junta: "Sentía que los doctores decían una y otra cosa. Así que, hicieron otra junta médica, y me dijeron que mi hijo no tenía sarcoma sinobial, sino un cancer raro que se llama adamantinoma fusocelular, que no responde ni a las quimiterapias ni a las radioterapias, solo se podía cortar la pierna de mi hijo o sacar el tumo".
"Ellos me dijeron que lo mejor era cortar la pierna, pero, debido al error que habian tenido, yo ya no les creía", afirma. Así, indica que, si no hubiese sido por este ápice de duda, su menor hijo hubiese sido sometido a un fuerte tratamiento que le hubiese traído más consecuencias negativas que positivas. Recuerda que, después de ello, le dijeron que tenía seis meses para decidir si se amputaría o no la pierna de su hijo.
Es en marzo del año 2022 que Walter decide aceptar la amputación, y se dirigen a otro establecimiento para realizar el proceso; sin embargo, en este nuevo lugar le dijeron que esto no era posible y que lo mejor era trasladar a Walter a un lugar especializado, debido a su tipo de cáncer. En esta espera de tres meses, un dolor en el páncreas levantó una nueva alerta, y los doctores le dijeron que podía deberse a una metástasis. Sin embargo, luego de esperar un mes los resultados, determinaron que solo eran piedras en la vesícula. Cuando la retiraron, el dolor cesó. Fue entonces que pidió un alta voluntaria y, debido a que se la negaron, optó por salirse del hospital. "Entonces, yo tuve que venir a Estados Unidos, no por un capricho, si no por todas las situaciones que pasé", indica.
María Isabel cuenta con mucho orgullo que Walter ingresó a la Universidad Nacional de Ingeniría, y se siente agradecida de que tanto alumnos como profesores y ciudadanos en general apoyaron a la familia para costear el viaje. "Acudí a las personas y medios de comunicación, y me ayudaron. Mi hijo ingresó a la UNI, y aquí, tanto los alumnos como los profesores, nos ayudaron con actividades para poder justificar economicamente que podíamos venir a Estados Unidos. Fue una larga lucha, para conseguir todo lo necesario", recuerda.
Walter llegó a Estados Unidos en condiciones críticas: con un neumotórax no detectado en Perú y el tumor ya de 21 cm. “Mi hijo se hubiera muerto en el viaje de Perú a Atlanta. Los doctores de acá se asombraron, dijeron: 'Señora, ¿por qué lo ha traído así?'", afirmó. En Estados Unidos, Walter fue internado de emergencia. Mayo Clinic cubrió completamente la primera hospitalización, incluidas dos semanas y media de estancia, estudios y una intervención quirúrgica para estabilizarlo. Posteriormente, recibió una prótesis de alta tecnología gracias a una donación. Sin embargo, los gastos no se detienen. Ella no puede trabajar debido a que su visa es de salud y no se lo permite.
Walter y José son gemelos. Nacieron con minutos de diferencia y han compartido casi todo: desde sus juegos hasta sus sueños y la hermandad que tienen ha sido crucial para atravesar esta enfermedad. "Se aman mucho. José lo cuida mucho y le ayuda con su prótesis y sus ejercicios. Walter, de igual manera, lo abraza, tanto es así que un día me dijo, 'Mamá, ya no importo yo, sálvalo a José'", comenta María Isabel.
Sabe que si bien ambos se encuentran en esta dura etapa, es Walter quien por ahora requiere de un cuidado diferente. José, aunque aún no ha desarrollado la enfermedad en estado avanzado, tiene lesiones compatibles con los primeros signos del mismo tipo de cáncer. Por ahora, permanece estable, pero bajo observación médica constante. "Hay momentos en que yo le digo: 'Josecito, Dios mediante no está avanzando nada, vamos a terminar con esto (el tratamiento de Walter). Ellos viven juntos. Cuando están haciendo tareas, se consultan, siempre están juntos, se aman (...) Se quieren tanto que que yo explicarle con detalles no podría, he sido bendecida", concluye.
PUEDES VER: MINSA lanza campaña “Planifica tu futuro” con entrega gratuita de anticonceptivos modernos en todo el país

Actualmente, la familia necesita fondos para cubrir el traslado y los gastos relacionados con las próximas fases del tratamiento. Walter debe ser evaluado en hospitales especializados como St. Jude, donde se desarrollan estudios avanzados sobre tipos raros de cáncer. Estos centros están en diferentes estados y aunque algunos, como St. Jude, no cobran por los tratamientos, los costos de movilización, estadía, alimentación y estudios previos sí recaen sobre la familia.
"Yo no puedo trabajar aquí, mi visa no lo permite. Y cada traslado entre estados significa alquiler temporal, transporte, alimentación, nuevas consultas. A veces consigo víveres gracias a personas solidarias, pero, por ejemplo, ya no califico para una segunda hospitalización gratuita en Mayo Clinic", explica María Isabel. Las donaciones están siendo recolectadas a través de una cuenta GoFundMe y cuentas peruanas verificadas (BCP, Yape e Interbank), destinadas exclusivamente a cubrir los estudios médicos, traslados y estadía en los nuevos centros médicos.
María Isabel ha sido enfática en recalcar que cada sol y cada dólar recibido se está administrando con responsabilidad. “Yo no tengo nada que esconder. Cada paso que doy lo informo, cada gasto lo justifico. No estoy aquí para aprovecharme de nadie, estoy aquí para salvar a mis hijos. Los historiales médicos están disponibles para quienes deseen verificar la información”, afirma.
¡Sigue a La República en WhatsApp! Únete a nuestro canal desde tu celular y recibe las noticias más importantes de Perú y el mundo en tiempo real.

CINEPLANET: 2 entradas 2D + 2 bebidas grandes + Pop corn gigante. Lunes a Domingo
PRECIO
S/ 47.90
ALMUERZO O CENA BUFFET + Postre + 1 Ice tea de Hierba luisa en sus 4 LOCALES
PRECIO
S/ 85.90
CINEMARK: Entrada 2D - opción a combo (Validación ONLINE o mostrando tu celular)
PRECIO
S/ 10.90
PERULANDIA: 1 Entrada +Vale de 30 soles + bosque encantado + piscinas + Perusaurus en Huachipa
PRECIO
S/ 49.90