
Lima alberga una amplia variedad de edificaciones, pero pocas generan tanta controversia, como el edificio más estrecho de la ciudad, ubicado en la cuadra 9 de la avenida Abancay. Con apenas 1.20 metros de ancho y siete pisos de altura, esta singular construcción no solo desafía las normas arquitectónicas, sino que también supone un potencial riesgo para la seguridad pública, especialmente en una zona de gran afluencia peatonal y vehicular.
Edificado sin las licencias necesarias y en incumplimiento de las normas de seguridad estipuladas en el Reglamento Nacional de Edificaciones, este inmueble ha generado gran inquietud. Aunque su demolición ha sido dispuesta en varias oportunidades, el prolongado proceso legal y las reiteradas apelaciones presentadas por la empresa constructora han permitido que la estructura, considerada de alto riesgo, continúe en pie, según reportes de la Municipalidad de Lima y publicaciones previas de medios como La República.
Este inmueble comenzó a construirse en el año 2013 con una modesta estructura de tres pisos. Sin embargo, en solo dos años, la obra sumó más niveles, alcanzando una altura de siete plantas para 2015, todo ello sin la autorización necesaria. Desde el inicio, las irregularidades en su construcción fueron evidentes, pero no fue hasta 2016 cuando la Municipalidad de Lima emitió una sanción administrativa contra la constructora responsable, Constructora Lourdes S.A., ordenando la demolición de los pisos superiores.
Pese a esta resolución, la empresa inició una serie de procesos legales para evitar la demolición, logrando retrasar las acciones municipales durante años. Aunque en 2019 la Corte Suprema desestimó los argumentos de la constructora, el edificio continúa operando como almacén y vivienda, desafiando las órdenes de demolición emitidas por la municipalidad.
En una entrevista exclusiva para La República, el ingeniero civil David Durán, de la Universidad Nacional Federico Villarreal, ha señalado que esta construcción es un caso crítico de mal diseño estructural. “Una de las fallas más importantes es la proporción entre su ancho y su largo. En edificaciones, siempre tratamos de que las proporciones no excedan una relación de 1:4. Aquí, esa proporción no se respeta”, comentó.
Durán explicó que esta falta de proporción afecta la capacidad del edificio para resistir movimientos sísmicos, un riesgo alarmante en una ciudad como Lima, ubicada en una zona altamente sísmica. “Este edificio es como una laminita alta y delgada. Si la fuerza sísmica viene transversal a su eje largo, colapsaría porque no tiene rigidez lateral suficiente”, puntualizó. "La configuración estructural de esta edificación podría sufrir un riesgo de colapso", enfatizó el ingeniero
Además, el experto mencionó que las columnas del edificio son demasiado delgadas y no cuentan con la cantidad de acero necesaria para soportar la altura. Esto, sumado al uso de sistemas de albañilería, agrava el problema. “La albañilería en nuestro país está limitada a cinco pisos como máximo. Para construcciones más altas, se debe emplear concreto armado con sistemas duales o muros estructurales, lo que aquí no se ha hecho”, concluyó.
Esta edificación no solo incumple las proporciones recomendadas, sino que también está completamente fuera de las normativas del Reglamento Nacional de Edificaciones. “Este edificio no cumple con ninguna norma de albañilería ni de concreto armado. Lo sorprendente es cómo lograron construirlo en pleno centro de Lima”, según el ingeniero Durán,
El edificio más estrecho de Lima mide apenas 1,20 metros de ancho en su lado más angosto y fue construido en el año 2013, inicialmente con tres pisos, aunque luego se ampliaron ilegalmente hasta llegar a siete niveles. Foto: Cristina Gálvez / URPI-LR
El experto también señaló que la supervisión de la obra fue deficiente. En casos como este, las municipalidades deben realizar inspecciones constantes, pero parece que no hubo fiscalización adecuada o, peor aún, que hubo irregularidades dentro del proceso de supervisión. "Acá lo que no ha habido es una fiscalización. O, si es que ha habido fiscalización, de repente ha habido, pues, estas conversaciones internas que no son de acuerdo con la ley", señaló el ingeniero
Durán sostiene que la única solución viable es la demolición total o parcial de la estructura. “No se puede pensar en reforzar nada. Una alternativa sería demoler los pisos superiores para reducir el peso y, con ello, el riesgo de colapso”, explicó.
Además, el ingeniero indicó que es fundamental investigar a los responsables de la construcción y supervisión de este inmueble. “Habría que revisar quién fue el ingeniero inspector, si era del municipio o del Colegio de Ingenieros del Perú”, comentó.
Actualmente, este inmueble sigue siendo un punto de interés para transeúntes y turistas que, atraídos por su peculiar diseño, suelen detenerse a tomar fotografías. Sin embargo, los vecinos de la zona expresan preocupación. Una residente comentó: “Es peligroso porque, con un temblor, podría colapsar. He visto que algunos extranjeros toman fotos, porque es algo novedoso. No sé si se utiliza de almacen pero si he visto que viven ahi”. Sin embargo, otro ciudadano señaló que el edificio se utiliza principalmente como almacén. “Se guardan cosas en casi todos los pisos.”, afirmó para La República.
El edificio más estrecho de Lima, ubicado en la cuadra 9 de la avenida Abancay, presenta las siguientes características y problemáticas:

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