Kemel Blanco, un joven venezolano que estudiaba medicina en su país, decidió cambiar su destino por completo y emprendió un viaje que lo llevó a fundar una agencia de viajes exitosa en Miraflores, Perú. Su historia es un ejemplo de cómo la resiliencia y la capacidad de adaptación pueden convertir las adversidades en oportunidades.
En 2018, la familia Blanco, impulsada por la grave crisis política y económica en Venezuela, decidió migrar a Perú con la esperanza de un futuro prometedor. Kemel y su familia enfrentaron un extenuante viaje de 13 días, lleno de desafíos financieros. "Tuve que vender unas zapatillas originales y una laptop para completar el costo de los pasajes en bus", relató el joven en una anterior entrevista con La República.
Su viaje continuó a través de Colombia y Ecuador, donde se vieron obligados a vender más pertenencias, como un secador y un teléfono, para financiar cada tramo del trayecto hacia el norte de Perú. En Tumbes, un taxista les brindó asistencia fundamental al proporcionarles alimentos y refugio temporal, lo que les permitió finalmente reunir los recursos necesarios para llegar a Lima.
Al establecerse en Lima, Kemel se enfrentó a la difícil realidad de tener que buscar trabajo fuera de su campo de estudio. Al principio, trabajó en varios oficios del sector alimentario, como en restaurantes y panaderías, hasta que encontró empleo en el sector turístico, donde adquirió una experiencia valiosa que sería fundamental para su futuro emprendimiento. Sin embargo, su paso por esta industria no fue sencillo, ya que lo despidieron de forma inesperada.
"Esa empresa no me dio la liquidación. Estuve con ellos durante dos años y medio, y no me pagaron porque no estaba en planilla, aunque me habían dicho que sí", relató.
La oficina de su agencia de viajes se encuentra en Miraflores. Foto: La República
Motivado por las circunstancias adversas y con los conocimientos adquiridos en sus empleos anteriores, el venezolano decidió emprender su propio negocio. Sin recursos financieros significativos, utilizó una computadora que compartía con sus sobrinas y una impresora para fundar Alpaca Travel Tours desde su casa.
"El primer pasaje que vendí fue para España y se lo vendí a una amiga de un amigo. Había conseguido un Izipay para facilitar los pagos con tarjeta de crédito, e incluso compré un vinilo y flores para la entrega del pasaje", expresó.
Su habilidad para aprovechar las redes sociales le permitió expandir rápidamente su base de clientes. Con el tiempo, su empresa creció y, en 2021, junto con su hermana Yulianna, abrió un local en Miraflores, lo que consolidó su presencia en el mercado. "Compramos dos escritorios de 200 soles y unas sillas simples de 70 soles", recordó.
Redes sociales de Alpaca Travel Tours. Foto: captura Instagram
Hoy en día, Alpaca Travel Tours no solo ha superado las 1.600 transacciones con clientes, sino que también se ha convertido en un referente en el sector turístico de Perú, demostrando que, con determinación y trabajo duro, es posible superar grandes adversidades y alcanzar el éxito.