Varios gremios de transporte y agrupaciones de diferentes sectores han emitido una comunicación conjunta solicitando a las autoridades que "no aprueben" el dictamen sobre el terrorismo urbano, y que deroguen la Ley 32108, la cual beneficia al crimen organizado en el territorio nacional. Esta carta ha sido dirigida a la presidenta Dina Boluarte, al titular del Congreso, a la Defensoría del Pueblo y a otras entidades relevantes.
“De no ser escuchados, se exhorta a todos los gremios, sindicatos, federaciones, asociaciones civiles, actividades económicas y ciudadanía en general; a levantar la voz de protesta en favor de la vida de todos los peruanos”, se lee en el comunicado. Así, los grupos definirán las medidas que tomarán después del debate que tendrá el Congreso el próximo jueves 3 de octubre sobre la propuesta de terrorismo urbano.
Paro de transportistas realizado el pasado jueves 26 de septiembre. Foto: LR
El 26 de septiembre se llevó a cabo un paro de transportistas en protesta por el aumento de la inseguridad, incluyendo extorsión, sicariato, asesinatos y otros delitos en la capital. En respuesta, el Gobierno implementó diversas acciones para atender las demandas de los gremios, entre ellas la declaración de estado de emergencia en 14 distritos de Lima y Callao. Sin embargo, diversas organizaciones se han unido para reiterar y exigir un accionar efectivo por parte de las autoridades.
"Cabe mencionar que la emergencia en los distritos de Lima no garantizan minimizar la ola delictiva, al contrario, nuestros transportas y demás peruanos afectado solo reciben represalias de estas bandas criminales", señalan.
El Congreso debatirá en el pleno la propuesta de terrorismo urbano este jueves 3 de octubre. Foto: LR
Exigencias de los gremios:
Carta múltiple del Comité de Gremios del Perú. Foto: LR
Tras una conversación con el gremio de transportistas, el Poder Ejecutivo anunció que se tomaran ciertas medidas para frenar las extorsiones. Las cuales incluyen:
La Ley 32108, aprobada recientemente por el Congreso de Perú, introduce varias modificaciones importantes a la Ley contra el Crimen Organizado. Uno de los cambios clave es que ahora se exige la presencia del abogado del acusado durante los allanamientos, lo cual ha sido criticado porque puede retrasar las investigaciones y operaciones policiales, dando tiempo a los sospechosos para ocultar pruebas o huir. Este retraso podría afectar la eficacia de las investigaciones contra el crimen organizado.
Los extorsionadores gozan de impunidad con la Ley 32108, que dificulta los allanamientos de los fiscales y la PNP. Foto: difusión.
Otro punto relevante de la Ley 32108 es que redefine qué se considera una "organización criminal", estableciendo que solo los delitos sancionados con penas mayores de seis años entran dentro de este marco. Esto implica que algunos delitos graves podrían no ser tratados bajo la misma rigurosidad que antes (como las organizaciones criminales que extorsionan a los transportistas), lo que ha generado preocupación entre algunos expertos y fiscales, quienes advierten que esta norma podría generar impunidad o afectar casos de alto perfil, como los de corrupción y crimen organizado que involucran redes criminales complejas.
A pesar de estos cambios, la ley ha sido criticada por sectores judiciales y de la sociedad civil, ya que podría dificultar el desmantelamiento de organizaciones delictivas y afectar la lucha contra el crimen organizado en el país.