Una peligrosa mafia de taxis colectivos venía operando en una de las principales avenidas de Lima Metropolitana. Las bandas organizadas operaban desde el paradero Trébol de Javier Prado, a pocos metros del centro comercial Jockey Plaza, y se desplazaban hacia distintos puntos de la ciudad, ya sea Vía Evitamiento, Lima Sur, Los Olivos, entre otros.
María Teresa, una enfermera especializada en Pediatría de 34 años, fue víctima de una de estas bandas. Salió de su trabajo y se dirigió al centro comercial para hacer algunas compras. Al salir, decidió abordar uno de los colectivos que ofrecían sus servicios en la Av. Javier Prado.
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Sin embargo, a la altura del Puente Santa Anita, el conductor y un cómplice la asaltaron dentro del vehículo. La mujer entregó sus tarjetas, su teléfono, su DNI y su billetera. Una cámara de seguridad registró cómo el conductor del colectivo usó el dinero que le acababa de robar a la enfermera para pagar un peaje ubicado en Ate. La cajera realizó la transacción sin imaginar que tras las lunas polarizadas del auto se encontraba una mujer secuestrada.
El delincuente secuestró a María Teresa durante aproximadamente tres horas. En ese tiempo, usó sus tarjetas y su teléfono para retirar dinero en efectivo. En total, la víctima estima que perdió 18.500 soles.
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Pese a ser liberada, el terror no se detenía, ya que los delincuentes continuaban amenazándola. "Me decían que mis cuentas no les importaban. Me decían que detrás mío venían unos chamos, que me iban a violar, me iban a disparar, que no iba a volver a ver a mi familia. Y cuando bajé del auto fue lo peor, me dijeron no voltees, no voltees. Pensé que en ese momento me iban a disparar", contó con la voz entrecortada para 'Punto Final'.
Después de cinco meses, investigadores de la División Antisecuestros de la Dirincri lograron identificar las rutas de las transferencias de dinero que realizaban algunos de los delincuentes que formaban parte de esta mafia de colectivos y asaltaron a María Teresa. Con esta información, llevaron a cabo operativos en diferentes inmuebles y capturaron a varios sospechosos.
Uno de ellos es Guillermo Palacios Juárez, de 29 años de edad. Tiene un amplio prontuario criminal por delitos contra la vida, el cuerpo y la salud, así como por hurto y uso ilegal de armas de fuego. Su cómplice, Julio César Pinedo Grandez, alias Calavera, también fue capturado. Él tiene antecedentes por fraude informático.
Otro de los detenidos es Néstor Alberto Mocarra Tejada, con antecedentes por robo agravado, delito contra la vida, el cuerpo y la salud, entre otros. Los sujetos recibieron nueve meses de prisión preventiva hasta que se concluyan las investigaciones.